Pese a los esfuerzos por importar más carnes rojas, aún está pendiente la tan esperada caída de los precios minoristas en varias localidades. Entre los altos costos logísticos y la falta de regulación de los márgenes de intermediación, el mercado local lucha por encontrar un equilibrio que pueda aliviar al consumidor.
La estrategia importadora parecía lógica: traer cargamentos de carne de varios países, a precios competitivos, para abastecer el mercado nacional, aumentar la oferta y, en consecuencia, bajar los precios. Sin embargo, el mecanismo se detiene en cuanto se analizan los detalles, ya que los precios al por mayor pueden subir hasta 120 dírhams por kilogramo para la carne de ovino y 90 dírhams para la carne de vacuno, al mismo tiempo que fluctúan los precios al por menor. entre 100 y 140 dirhams, lamenta Hicham Jouabri, secretario regional de los mayoristas de carnes rojas de Casablanca.
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Los intermediarios, las disparidades regionales, el manejo de la cadena de frío, entre otros, encarecen automáticamente el producto final. Consecuencia directa: el consumidor no nota ningún descenso significativo en varias carnicerías, mientras que las dificultades estructurales de la producción local, agravadas por la sequía, refuerzan la tendencia al alza. “Hay que recordar que el transporte de carne importada, ya sean canales ya sacrificadas o animales vivos destinados a ser sacrificados en Marruecos, implica una logística compleja y costosa. Los transportistas deben hacer frente al aumento de los precios del combustible, a la obligación de utilizar camiones frigoríficos para respetar la cadena de frío y a todos los costes relacionados con la manipulación y el personal especializado. Las certificaciones y los controles veterinarios son pasos, cada uno de los cuales genera su costo, sumándose entre sí para inflar la factura final.», en palabras de Hicham Jouabri.
Evolución de los precios al por mayor de las carnes rojas en Casablanca (Fuente: Casa Prestaciones)
Fecha | Prix de la viande bovine (dhs/kg) | Prix de la viande ovine (dhs/kg) |
---|---|---|
01/02/2025 | 80 – 89 | 100 – 120 |
25/12/2024 | 80 – 90 | 100 – 118 |
18/12/2024 | 80 – 91 | 105 – 118 |
12/11/2024 | 82 – 90 | 110 – 115 |
12/04/2024 | 88 – 91 | 115 – 120 |
27/11/2024 | 90 – 92 | 120 – 122 |
20/11/2024 | 91 – 93 | 125 – 127 |
13/11/2024 | 91 – 93 | 118 – 120 |
11/06/2024 | 91 – 94 | 125 – 130 |
30/10/2024 | 91 – 93 | 123 – 125 |
23/10/2024 | 91 – 93 | 111 – 120 |
16/10/2024 (fecha de publicación de la circular que autoriza la importación de carnes rojas frescas) | 91 – 93 | 117 – 120 |
(Los carniceros no sienten la estabilización o ligera caída de los precios mayoristas)
Para ilustrarlo, Saïd Ratbi Bali, miembro de la Asociación Nacional de Productores de Carne Roja de España, uno de los países a los que Marruecos ha recurrido para importar este producto, insiste en que incluso cuando el precio de compra en origen parece muy competitivo, los costes adicionales vinculados al transporte y la logística pueden incrementar el precio entre 10 y 15 dírhams adicionales por kilo, añadiendo que actualmente, en España, el precio del kilo de carne de vacuno fresca ronda los 80-85 dírhams, en un momento en el que 70 dírhams en Portugal.
«Estos costes adicionales, que se trasladan directamente al precio de venta, erosionan la ventaja comparativa que debería haber permitido a los consumidores marroquíes acceder a una carne más barata. En otras palabras, los esfuerzos por importar se topan con una realidad económica inevitable: cuanto mayores son las restricciones de distancia y transporte, mayor es el costo total, eliminando el efecto de un precio inicial bajo.“, insiste.
Desigualdad de distribución y disminución de la producción local
Sin embargo, el contexto no se limita al problema del transporte. También debemos plantear la cuestión de la desigualdad en la distribución de las carnes importadas en el territorio. Ciertas regiones, o incluso barrios, como en el caso de Casablanca, mejor atendidos por circuitos de distribución, pueden recibir cantidades importantes de carne extranjera. Otros, en cambio, quedan total o parcialmente fuera de esta dinámica, hasta el punto de que los residentes no ven diferencia en el precio. “Así, observamos que en varios distritos de Casablanca los precios han bajado, alcanzando una media de 80 dirhams por kilo de carne de vacuno. Pero, como mencionamos antes, todo depende del barrio.», señala Hicham Jouabri.
A estos obstáculos se suman las dificultades estructurales de la producción local. Marruecos, que se enfrenta a varios años consecutivos de sequía, ve cómo sus ganaderos luchan por mantener sus rebaños. Los pastos son cada vez más escasos, el precio del forraje y de los alimentos para el ganado aumenta y muchos ganaderos no tienen más remedio que reducir sus rebaños para evitar la quiebra. Esta reducción del número de animales disponibles en el mercado contribuye mecánicamente al aumento de los precios, porque la oferta local se contrae en proporciones a veces significativas, como explicó Mustapha El Khouli, presidente de la Asociación Nacional de Productores de carnes rojas, en un publicación anterior.
Precios inflados
Incluso introduciendo en este mercado envíos de carne del exterior, la estructura de un sector debilitado por el clima y los costes de producción limita cualquier posibilidad de un reequilibrio significativo. Profesionales, como Saïd Ratbi Bali, destacan la fragmentación del sector de las carnes rojas: “Entre el mayorista o el importador, el semimayorista y el carnicero, se acumulan múltiples márgenes que cada eslabón de la cadena justifica por sus propios costes operativos. Esta acumulación de márgenes intermedios infla el precio final, reduciendo el efecto positivo que podría haber tenido la carne ofrecida a un precio inicialmente más bajo. En este contexto, la ausencia de una regulación clara y obligación de transparencia sobre el origen de la carne, la trazabilidad y la justificación de los precios abre la puerta a prácticas especulativas.»
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Administrativamente, el proceso de importación en sí no está exento de contratiempos. Se trata de procedimientos que pueden resultar especialmente engorrosos y llevar mucho tiempo. Los importadores se quejan periódicamente, explicando que estos bloqueos burocráticos retrasan la llegada de las mercancías al mercado. Sin embargo, en un contexto donde los precios cambian rápidamente dependiendo de la oferta y la demanda, cualquier retraso adicional resulta en un desfase que anula la efectividad de la estrategia de oferta. “Resultado: nos encontramos ante una medida de amortiguación que atenúa parcialmente los efectos de un desequilibrio marcado, sin corregirlo de forma duradera.», lamenta un operador.
Para escapar de esta espiral se proponen varias vías. Una mejor organización de la logística podría ayudar a agilizar el transporte y el almacenamiento, al unir la infraestructura de refrigeración y optimizar las rutas para reducir los costos de combustible. Los actores de la industria también piden una revisión de las regulaciones, cuyo objetivo sería aclarar los márgenes permitidos y fomentar la transparencia. Una indicación clara del origen, la edad de los animales y su historial sanitario permitiría al consumidor elegir. Se trataría entonces de estimular la competencia basada en la calidad y no sólo en el precio.