Desde Yamena hasta Dakar, se produjeron reacciones de indignación tras el suave discurso del presidente Macron sobre las nuevas relaciones que se están elaborando actualmente entre Francia y algunos países africanos. El primer ministro y presidente de Pastef, Ousmane Sonko, respondió a su discurso con el mismo tono: “El presidente Emanuel Macron afirmó hoy (ayer) que la salida anunciada de las bases francesas habría sido negociada entre los países africanos que ‘han decretado y Francia.
Continúa estimando que fue por simple conveniencia y cortesía que Francia concedió el primer anuncio a estos países africanos. Quisiera decir que, en el caso de Senegal, esta afirmación es completamente errónea. Para el Primer Ministro, Senegal ha asumido la responsabilidad: “Hasta ahora no ha habido ningún debate o negociación y la decisión tomada por Senegal surge de su única voluntad, como país libre, independiente y soberano”. Y continúa: “Declara, finalmente, “que ningún país africano sería hoy soberano si Francia no se hubiera desplegado”. Observemos que Francia no tiene ni la capacidad ni la legitimidad para garantizar la seguridad y la soberanía de África.
Por el contrario, a menudo ha contribuido a desestabilizar a ciertos países africanos, como Libia, con consecuencias desastrosas para la estabilidad y la seguridad del Sahel. El resto de su post se mezcla con hechos históricos que constituyen un guiño a la conmemoración del 80 aniversario de la masacre de Thiaroye celebrada con gran fanfarria. Como si marcara el acto fundacional de la nueva doctrina político-diplomática entre Dakar y París. “Por fin es el momento de recordar al presidente Macron que si los soldados africanos, a veces movilizados por la fuerza, maltratados y finalmente traicionados, no se hubieran desplegado durante la Segunda Guerra Mundial para defender a Francia, tal vez seguirían siendo alemanes hoy”, afirma Sonko. .
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