Con un pico de producción de 4.000 toneladas, Marruecos, pionero en la regulación del cannabis en África, dio un paso significativo en 2024 en la estructuración de su sector vegetal legal, marcado por el estricto cumplimiento de las normas sobre el cannabis.
Durante la reunión anual del consejo de administración de la ANRAC, celebrada el pasado jueves en Rabat, Mohamed El Guerrouj, director general de la Agencia Nacional de Regulación de las Actividades del Cannabis (ANRAC), detalló los resultados notables del sector.
« En 2024, se produjeron alrededor de 4.000 toneladas de cannabis en una superficie de 2.169 hectáreas”dijo, destacando el crecimiento sustancial del sector. Pero el elemento más significativo de este año sigue siendo la ausencia total de violaciones de las normas reglamentarias. “ No se han registrado infracciones relacionadas con incumplimiento normativo »añadió el directivo, destacando la eficacia del sistema implantado.
Este avance se enmarca en una dinámica de colaboración reforzada con los distintos actores. El Guerrouj insistió especialmente en la importancia del compromiso de las autoridades locales, los ministerios competentes y las instituciones gubernamentales para garantizar el cumplimiento de la legislación, un marco esencial para garantizar la transparencia y el rigor del sector. La agencia también ha puesto en marcha mecanismos de apoyo a los agricultores y operadores del sector, para que puedan cumplir con los estrictos requisitos relacionados con la producción y distribución de cannabis.
La evolución del sector también queda ilustrada por las cifras de licencias concedidas. En 2024, se otorgaron 3.371 permisos de 4.158 solicitudes, lo que representa una impresionante tasa de aprobación de casi el 81%. De estos permisos, 3.056 fueron otorgados a 2.907 agricultores para el cultivo y producción de cannabis, un salto significativo respecto a las 430 licencias emitidas en 2023. Además, se otorgaron 315 licencias a 158 operadores del sector. Estas cifras reflejan una evolución real del sector, favoreciendo una apertura hacia importantes oportunidades económicas para las comunidades rurales y los actores privados.
Las repercusiones de este crecimiento son múltiples, tanto a nivel nacional como internacional. Económicamente, este reglamento tiene como objetivo crear empleos sostenibles y mejorar los ingresos de los agricultores, al tiempo que integra al sector privado en una dinámica de mercado más amplia, estructurada y competitiva. Este enfoque forma parte de un objetivo más global de Marruecos, que aspira a convertirse en líder mundial en el campo del cannabis legal, manteniendo al mismo tiempo un equilibrio entre el rigor regulatorio y el desarrollo económico.
ANRAC ya ha previsto una serie de medidas ambiciosas para 2025. El próximo año estará marcado por un fortalecimiento del marco legislativo y el establecimiento de nuevas medidas de vigilancia para garantizar una mejor trazabilidad de los productos. Se pondrá especial énfasis en la competitividad del mercado nacional, con el fin de atraer inversiones extranjeras e impulsar las exportaciones.
« Intensificaremos nuestros esfuerzos para formalizar aún más la industria del cannabis, consolidando las bases legales y apoyando a los actores locales en su desarrollo. », precisó El Guerrouj.
Este proceso regulatorio progresivo tiene como objetivo hacer de Marruecos un modelo de regulación en un sector en auge a escala global. Al regular de forma estricta y transparente la industria del cannabis, el reino espera no sólo impulsar su economía, sino también establecer un modelo de gobernanza sostenible y ejemplar para otras naciones del continente y más allá.
Marruecos, al adoptar estas valientes medidas, muestra su determinación de aplicar una política regulatoria reflexiva y ambiciosa. A medida que el mercado mundial del cannabis se estructura en torno a nuevos estándares, el país se está estableciendo como un actor central, apoyándose en una legislación rigurosa y un sector económico en rápido crecimiento.
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