Coches pequeños, Lego… tantos regalos que los niños esperan descubrir bajo el árbol. Pero ¿qué pasa con las cartas enviadas a Papá Noel? RTS 7:30 p.m. siguió su viaje.
“Querido Papá Noel, este año me gustaría recibir un garaje para coches”: Estas sencillas y conmovedoras palabras son las de Lenny, un niño de 6 años que, por primera vez, le escribe su carta a Papá Noel solo.
Su sobre, lleno de esperanza, viajó hasta Ticino, donde Claudia, una de los ocho ayudantes de Papá Noel en Suiza, lo abrió con cuidado. Claudia atiende a miles de niños todos los días.
Si bien muchos piden juguetes, algunos expresan deseos mucho más profundos, a veces imposibles de conceder, como encontrar a sus seres queridos desaparecidos.
Cada año llegan unas 30.000 cartas y las respondemos
Cada año, alrededor de 30.000 cartas dirigidas a Papá Noel llegan a La Poste, que se esfuerza por responder a cada una de ellas. “Más de la mitad de estos envíos proceden de la Suiza francesa”, explica Stefan Dauner, portavoz de La Poste.
Este servicio, creado en 1950, permite recoger y procesar estos mensajes destinados al Polo Norte o Laponia, garantizando a cada niño una respuesta personalizada. Un gesto simbólico, pero lleno de magia, que perpetúa el encanto de la Navidad.
Romain Boisset/óstolu
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