Miércoles 18 de diciembre de 1974. Las vacaciones de Navidad se acercan rápidamente. En Roanne, por la tarde, los agentes de policía y sus familias están invitados al cine Le Majestic para ver el tradicional árbol de Navidad. Pero la fiesta se verá interrumpida: precisamente en este momento tres matones han decidido robar la sucursal de la Société Lyonnaise.
El asunto comienza a las 15.40 horas, en el número 121 de Mulsant Street. Tres hombres irrumpieron en la sucursal del banco, enmascarados y con armas en la mano. “No te muevas, es un atraco”. Sé amable, no te haremos daño. »
Uno de los empleados se ve obligado a abrir la caja fuerte y entregar a los ladrones los 35.000 francos que contenía. Luego, los tres matones huyeron, encerrando a los tres empleados del banco y a los clientes en la bóveda para retrasar la alerta.
Una llamada anónima como regalo de Navidad
Veinte minutos más tarde, logrando liberarse, los agentes del banco dieron la alarma. Se interrumpe el árbol de Navidad y se despliega toda la fuerza policial en la ciudad. Pero ya es demasiado tarde para esperar encontrar a los tres ladrones. Excepto que…
A las cinco de la tarde llegó una llamada anónima a la comisaría. Como un regalo de Navidad. Un testigo anónimo indica que vio a tres hombres descender de un Renault R12 al pie de un edificio del CTA, en el barrio de Mâtel. “Están ocultando algo, ten cuidado”. Tengo la impresión de que están armados. Uno de ellos lleva un impermeable de color claro. » Uno de los ladrones acababa de ser denunciado con el mismo detalle de vestimenta.
Inmediatamente, la policía se centró nuevamente en el barrio que quedó completamente acordonado. Se identifica el apartamento en el que probablemente se encuentren los tres sospechosos, en el tercer piso de uno de los edificios.
Una hora de escenario de Fort Chabrol
“Una vez en el pasillo, la espera fue larga. Después de varias advertencias de un lado y un pesado silencio del otro, no fue hasta las 18.20 que escuchamos, detrás de la puerta, a uno de los ocupantes: “Nos rendimos”. »
Los tres hombres salen, con las manos en alto, y son conducidos a la comisaría. En el apartamento encontramos el botín, “camuflado por todas partes, incluso en la nevera. Incluso encontramos billetes de 500 francos en los zapatos de uno de los gánsteres”.
A esto se suma un verdadero arsenal: una pistola automática 7.65, una pistola Welby calibre 38, una pistola de cañón y una metralleta Stein con cargador abastecido. Armamento que lleva a los investigadores a creer que los tres hombres, detenidos tras su custodia, también podrían haber cometido otros atracos en la región.