En los campos y cárceles del noreste, las autoridades francesas cuentan “alrededor de 150 hombres y mujeres”, y otros tantos niños o más. Estos nacionales son los “más radicalizados”, señalan los servicios. Se trata de miembros convencidos del grupo Estado Islámico (EI), que decidieron abandonar Francia para incorporarse a un territorio gestionado por una organización clasificada como terrorista y optaron por permanecer allí a pesar de su caída.
¿Los franceses lucharon junto a HTS?
En el noroeste, las fuentes de seguridad cuentan con unos 110 franceses. Los servicios están tratando de averiguar si estos franceses, que viven en esta zona desde hace años y que se habían retirado de las acciones violentas, se han vuelto a movilizar. Una pequeña parte de ellos, una decena, son miembros del grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS), punta de lanza de la ofensiva rebelde que condujo a la caída de Bashar al-Assad.
Los servicios de seguridad no pueden precisar por el momento si estos franceses lucharon con las armas en las filas del grupo durante el asalto a Damasco y la toma de otras ciudades o si siguieron el avance del HTS.
Unas cincuenta personas más también están en el grupo de Omar Diaby, alias Omar Omsen, un franco-senegalés que se convirtió en predicador. Se unió a Siria en 2013, donde se hizo cargo de una brigada yihadista formada por jóvenes franceses, la mayoría de ellos procedentes de la región de Niza como él.
¿Qué será del Estado Islámico?
Detenido por el grupo HTS en agosto de 2020, fue puesto en libertad en febrero de 2022 sin que se comunicaran los motivos de su detención. En septiembre de 2016, Estados Unidos lo calificó de “terrorista internacional”. Es objeto de una orden de arresto de la justicia francesa.
La katiba (unidad) de Omar Diaby es un “grupo restringido” con “pocos ingresos” y está “relegada a un segundo plano” por el HTS, que no quiere combatientes internacionales, observan los servicios de inteligencia.
La otra preocupación de los servicios se refiere al futuro del EI, si las actuales agitaciones y la evolución política de Siria podrían permitirle recomponerse. La IE y el HTS se oponen a su proyecto. La antigua rama local de Al Qaeda, que cortó sus vínculos con ella, afirma haber roto con el yihadismo, pero sigue clasificada como movimiento “terrorista” por varios países occidentales, incluido Estados Unidos.
A diferencia de ISIS, HTS siempre ha estado en una agenda local, sin planificar una yihad global con acciones violentas fuera del territorio sirio. Por el momento, sigue en un discurso de normalización, señalan los servicios, que por tanto no ven en él un llamamiento a acciones violentas en el extranjero, especialmente en Europa.
¿Siria volverá a ser atractiva para los yihadistas franceses?
El cuarto punto de vigilancia de las autoridades se refiere al impacto sobre el “movimiento endógeno” francés. ¿Volverá a ser atractiva la zona siria para los yihadistas franceses que quieran abandonar allí, como lo hicieron decenas de nacionales en 2013-2014?
La Dirección General de Seguridad Interior (DGSI) explica que está “siguiendo de cerca el impacto de la caída del régimen sirio en el atractivo de la zona para los franceses que quieran emprender la yihad”. Hasta el momento no se ha documentado ningún deseo de abandonar la zona.