El devastador paso del ciclón Chido en Mayotte es un recordatorio de la vulnerabilidad de las islas del Océano Índico a los intensos ciclones tropicales. Con vientos superiores a los 200 km/h, Chido devastó zonas densamente pobladas, incluidos hábitats precarios. Si bien Mayotte no había experimentado un ciclón tan poderoso desde hacía 90 años, esta tragedia plantea interrogantes esenciales sobre la preparación de la Isla de la Reunión, que también está expuesta a fenómenos climáticos cada vez más violentos.
Amenaza de ciclón aumentada por la crisis climática
El calentamiento provocado por la crisis climática está cambiando la dinámica de los ciclones tropicales. Los estudios demuestran que la zona de evolución de estos intensos sistemas ciclónicos se acerca inexorablemente a las Mascareñas. Las aguas más cálidas del Océano Índico refuerzan estos ciclones en intensidad y frecuencia, como lo demuestra el ciclón Chido. La Reunión, aunque mejor equipada que Mayotte, debe permanecer alerta.
La historia de Reunión lo atestigua: en 1948, un ciclón arrasó la ciudad de Saint-Leu y provocó varios centenares de muertes. Este trágico acontecimiento quedó anclado en la memoria colectiva antes de desvanecerse progresivamente. Esto nos recuerda el imperativo de proteger mejor a las poblaciones.
Proteger a las poblaciones: una cuestión vital
Una de las lecciones cruciales del desastre de Mayotte es la necesidad de proteger las zonas residenciales. En Mayotte, la alta densidad de población y las malas condiciones de vivienda han empeorado el costo humano. Muchas viviendas están ubicadas en zonas costeras vulnerables, construidas con materiales ligeros como madera y chapa, incapaces de soportar fuertes vientos.
En Reunión, las autoridades deben intensificar las políticas de ordenación del territorio. Alejarnos de la costa y favorecer construcciones sólidas en las alturas de la isla se convierte en una prioridad. Se deben considerar medidas de realojamiento preventivo para las familias que viven en zonas de riesgo. También es esencial identificar y asegurar las áreas de evacuación.
Reforzar la gestión de alertas y crisis
Mayotte mostró la importancia de un sistema de alerta temprana y de la preparación de los servicios de emergencia. Aunque el SAMU y la seguridad civil intervinieron rápidamente, el número de víctimas podría haber sido menos elevado con un sistema de alerta reforzado.
En Reunión, donde el sistema de alerta ya está bien estructurado, es fundamental sensibilizar a los residentes, en particular a los más jóvenes, sobre los riesgos climáticos. Los ejercicios de simulación periódicos, en los que participa toda la población, podrían salvar vidas en caso de catástrofe.
Prepárate para lo inevitable
Los ciclones intensos ya no son excepciones sino realidades predecibles. La Reunión, al igual que Mayotte, debe reforzar su resiliencia ante estos acontecimientos. Invertir en infraestructura adecuada, desarrollar viviendas resilientes y alejarse de las zonas costeras vulnerables son medidas esenciales.
La experiencia de Chido es un recordatorio de que la preparación no es una opción sino una necesidad. Ante un clima en crisis, la supervivencia de las poblaciones dependerá de la capacidad de aprender lecciones de estos desastres para construir un futuro más seguro.
MM