lo esencial
En pocas horas, la perrera municipal ha conseguido encontrar familias para salvar una camada de 13 cachorros recién nacidos, descubiertos esta mañana en una calle de Saïx.
La misión fue difícil pero no imposible para el equipo de la perrera municipal. Logró la hazaña de encontrar familias adoptivas para 13 cachorros abandonados, descubiertos esta mañana, en apenas unas horas. “Es el resultado de una solidaridad extraordinaria, justo antes de las vacaciones de Navidad, ¡se acabaron!”, saludó la presidenta de la estructura, Chantal Béziat, que por la tarde lucía una amplia sonrisa y podía respirar después de la ola de calor de la mañana.
Hacia las 11:30 horas, un hombre se dirigió al camino de los Pauvres y entregó al equipo una caja llena de 13 cachorros recién nacidos, de color negro, encontrados en el pueblo vecino de Saïx, cerca de un relevo de ropa. “Tienen uno o dos días y no teníamos capacidad para quedarnos con todos”, afirma el presidente. Sin decirlo, rápidamente entendimos el resultado para estos cachorros si nadie los recogía. Sus ojos todavía estaban cerrados y el cordón umbilical estaba presente en algunos.
De Rodez a Carcasona, se movilizaron para salvarlos
Ante la urgencia de la situación, Dylan, el empleado, se quedó excepcionalmente en la oficina para almorzar y compartió un mensaje en las redes sociales. Una elección pagada. Se organizó una gran cadena de solidaridad y el teléfono fijo no dejaba de sonar. A medida que avanzaban las adopciones, crecía la esperanza de encontrar una solución para cada uno de los 13 cachorros.
“Entre el mediodía y las dos no paró. Yo vine cuando no estaba previsto, la empleada se quedó y Laura también volvió. Fue intenso. A las 15, todos formaron una familia. Todo lo que el mundo movilizó, lo conseguimos. ¡Ahí está genial!”, se alegra Chantal.
Los cinco últimos fueron recuperados por una asociación de Carcasona. “También una señora de Rodez se ofreció a venir a recogerlos”, continúa. Esto demuestra que el anuncio llegó más allá de las fronteras del Tarn. “Necesitan ser alimentados cada tres horas. Las personas que se fueron con ellos tuvieron que alimentarlos inmediatamente”. Se desconoce su raza pero podría ser Labrador.
Si bien la determinación de la perrera es destacable, esta operación de rescate se produce en un contexto donde la lacra de los abandonos no desaparece. “Siempre sí… Y lamentablemente no podemos ubicarlos a todos”, lamenta el voluntario. Esta vez no. La magia de la Navidad…
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