El trabajo obligatorio en prisión: una clave para promover la reintegración de los presos – rts.ch

El trabajo obligatorio en prisión: una clave para promover la reintegración de los presos – rts.ch
El trabajo obligatorio en prisión: una clave para promover la reintegración de los presos – rts.ch
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Ya sean condenados por tráfico de drogas, robo, homicidio o actos de pedofilia, los reclusos de todas las prisiones suizas deben trabajar. En el establecimiento Crêtelongue, en Valais, aprenden a cocinar, a trabajar en el campo o a mantener edificios. Suficiente para promover su reintegración una vez fuera.

El hombre al que llamaremos James tiene a sus espaldas un largo historial de detención: unos diez años en total, siempre por delitos contra la ley de estupefacientes. Ya pasó por los establecimientos penitenciarios de Bellechasse (FR), de las Islas (VS) y de la llanura de Orbe (VD).

Acaba de llegar a Crêtelongue (VS) y no puede ocultar su asombro: el edificio, casi nuevo, fue inaugurado hace sólo un año. Además, las 104 celdas de 12m2 son luminosas y sin rejas (se han instalado ventanas especiales que no requieren seguridad adicional).

James dice que aprecia el entorno: “Soy del Valais. La vista es magnífica: los viñedos, los picos nevados. No es así en otros lugares”.

Pero aquí lo que cambia sobre todo es tener una célula propia. Las cárceles de los cantones latinos superaron el 100% de ocupación, según las últimas cifras disponibles (enero de 2024). Algunos establecimientos están muy saturados, especialmente en los cantones de Vaud y Ginebra.

>> Vea el tema de las 19:30 sobre el nuevo edificio penitenciario de Crêtelongue:

Los cantones francófonos se ven obligados a ampliar y modernizar sus prisiones. / 19:30 h / 2 min. / 26 de agosto de 2023

falta de guardias

La prisión de Crêtelongue sólo está ocupada en un 70% debido a la falta de guardias y de lugares para talleres. Anne Bochatay, directora del establecimiento, explica: “Hay un proyecto en marcha para adaptar los talleres al aumento del número de plazas, pero este proyecto se ha visto retrasado por motivos presupuestarios. Espero que se reanude rápidamente, porque de lo contrario, no será posible alojar a más detenidos”.

En Crêtelongue, el trabajo que se ofrece a los presos es variado: trabajos en cultivos, viñedos, ganadería, lavandería, cocina, fabricación de matrículas… La lista es larga.

Obligación de trabajar

En Suiza, según el Código Penal, las cárceles deben ofrecer trabajo a los reclusos. Y todos los presos tienen la obligación de trabajar, incluso después de los 65 años. La única excepción es si el recluso está de baja por enfermedad.

Si tuviera que estar detenido, preferiría levantarme por la mañana y hacer algo en lugar de quedarme en mi celda las 23 horas del día.

Anne Bochatay, directora de la prisión de Crêtelongue

En todos los cantones latinos (Suiza francófona y Tesino), el salario se fija en 33 francos por día de trabajo. De esta suma, el establecimiento deduce 8 francos en concepto de gastos de alojamiento. Por tanto, el recluso puede recibir un máximo de 25 francos al día. Sin embargo, si este último no muestra motivación, su salario se reducirá y alcanzará un mínimo de 12,5 francos. Finalmente, si el preso se niega a trabajar, el establecimiento puede castigarlo con un cargo en su cuenta o encerrándolo en una celda de aislamiento.

15% del salario para ahorro

El salario del recluso se distribuye entonces de la siguiente manera: el 20% se destina a una cuenta de reserva destinada a las cotizaciones alimenticias, al seguro social, a la indemnización de las víctimas y a los gastos médicos o judiciales. Otro 15% va a una cuenta de depósito en garantía que se entregará al recluso al momento de su liberación.

Finalmente, el recluso puede utilizar el saldo (65% de su salario) para gastos cotidianos: compra de artículos de tocador y comida adicional, alquiler de un televisor, primas de seguro médico, etc.

Proporcionar formación y “sentido a la vida”

El objetivo de obligar a los presos a trabajar es múltiple: asegurar algunos ingresos económicos para la prisión, pero sobre todo ofrecer a los presos formación, incluso básica, y gusto por el trabajo.

Para la directora del centro, Anne Bochatay, la obra también proporciona un marco a los internos. “Si tuviera que estar detenida, preferiría levantarme por la mañana y hacer algo en lugar de quedarme 23 horas al día en mi celda. Trabajar le da estructura y significado a tu vida”, explica.

Gabriel Tejedor

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