Los 49 estados miembros del Convenio de Berna han decidido que el lobo dejará de ser una especie “estrictamente protegido” pero solo “protegido”. Para la Región Sur de Provenza-Alpes-Costa Azul es una verdadera satisfacción. “Luchamos durante mucho tiempo por esta decisión de Europa y lo logramos”. Bénédicte Martin, vicepresidenta de la Región Sur encargada de la agricultura, explica por qué fue “La decisión correcta a tomar para proteger a nuestros criadores en nuestro territorio”.
En Francia ya existen vacunas especiales para proteger a los criadores. ¿Qué cambiará este cambio en el estado del lobo?
Este cambio tiene implicaciones muy concretas. A partir de ahora, los prefectos tendrán la posibilidad de emitir más fácilmente órdenes autorizando la captura de lobos. Esto ayudará a regular su número. Nuestros criadores necesitaban esta fuerte señal.
¿Hasta qué punto están presentes los lobos en el sur de Francia?
De las 1.200 personas registradas a nivel nacional (21.000 a nivel europeo), dos tercios se encuentran en la Región Sur. Y el arco transalpino es el único lugar donde se reproduce el lobo, por eso las manadas están aquí. En el transcurso de 15 años, ha experimentado una progresión exponencial y ha causado daños igualmente exponenciales a los criadores. Somos una región de pastoreo extensivo, lo que significa que se practica en libertad. Esto representa un importante potencial alimentario para los lobos.
¿Cuántos ataques ha habido en nuestra región en los últimos años?
El 60% de los ataques a nivel nacional son aquí. En 2022 tuvimos casi 4.300 reportes de daños, o casi 2.900 en nuestro país. Esto representa 13.300 animales sacrificados en Francia. Cuéntelo aquí: son casi 9.000, la gran mayoría de ellas ovejas. El impacto es enorme.
¿Las asociaciones dicen que las medidas de miedo no se utilizan como deberían?
A nivel nacional hemos destinado 35 millones de euros, y sólo 19 en nuestra región, a la prevención. Es un pozo sin fondo, siempre ponemos más y aún así no hay resultados.
Con esta degradación, ¿ya no se trata de defenderse del lobo sino de regular su crecimiento?
Eso es todo. Estamos pasando de una lógica de protección a una lógica de regulación de la especie de lobo para permitir la supervivencia de las actividades ecopastoriles.
¿Cómo sucederá esto concretamente?
Hasta ahora teníamos cazas defensivas con una tasa de captura fijada por el Estado en el 19% del total de lobos. Pasaremos a las tomas de muestra. Las modalidades aún están por definirse con una variación nacional y sin duda regional. Pero el cambio de paradigma se ha producido.
¿Se siguen manteniendo las medidas de miedo?
Están con las medidas de protección. Y gracias a la regulación de la población, serán mucho más eficientes. Y seguiremos ayudando a nuestros criadores en este sentido.
Las asociaciones destacan el riesgo de que la especie vuelva a desaparecer de nuestros territorios.
Hablamos de un estado de viabilidad genética cuando contamos 500 especies. Tenemos más del doble en Francia y 800 sólo en nuestro país. Así que hoy el lobo se encuentra en un estado de viabilidad genética y por tanto no está amenazado. A partir de ahí podremos regular su población sin poner en peligro a la especie. Sin embargo, hoy lo que es peligroso es el pastoreo.
¿Te preocupa que el lobo represente una amenaza mayor?
Hoy es claramente una amenaza para los pastores y sus rebaños. Pero si se volviera más invasivo y viéramos que se acerca a los centros de la vida, no estaríamos a salvo de una tragedia humana. Esto no es una ilusión, es bastante alarmante.