Había una vez una figura misteriosa de rostro oscuro. A principios de diciembre entró en las casas de los suizos para golpear y secuestrar (temporalmente) a los niños, para que se portaran bien. Pero los tiempos han cambiado y la imagen de Schmutzli, el asistente de San Nicolás, se ha transformado. ¿Pero cómo?
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7 de diciembre de 2024 – 09:00
Edy Jauch todavía recuerda haber visto a Schmutzli (el padre Fouettard en la Suiza francesa) metiendo a los niños en una bolsa para llevarlos al bosque. “Hoy estaría al borde del secuestro”, admite. Pero este miembro de un gremio central suizo que promueve las costumbres tradicionales le dice al Lucerner ZeitungEnlace externo Sin embargo, él y sus amigos no han abandonado esta figura.
“Schmutzli no es un gran brazo malvado. Más bien, es un asistente que se mantiene alejado e interviene cuando San Nicolás pregunta. Puede inspirar respeto, pero no debe suscitar miedo”, añade Edy Jauch. Lo admite: algunas familias prefieren que Schmutzli se quede fuera, “pero es muy raro”.
Un Schmutzli de rostro limpio guía a San Nicolás en la Bahnhofstrasse de Zúrich en 1967.
TRAPECIO/Str
La tradición del compañero barbudo y algo siniestro de San Nicolás tiene siglos de antigüedad y se encuentra en todo el norte de Europa. En Alemania, por ejemplo, el hombre de rojo está acompañado por el Knecht Ruprecht (sirviente Ruprecht) y, en Holanda, por el Zwarte Piet (Pedro el Negro, volveremos sobre esto).
En Suiza, la costumbre de San Nicolás se mezcla con una fiesta de ruidos y máscaras que se remonta a la época precristiana, como nos explicó en un artículo anterior Kurt Lussi, autor y ex conservador de folclore religioso en el Museo de Historia de Lucerna.
Schmutzli (Schmutz significa suciedad en alemán) era un símbolo de los espíritus malignos que estas antiguas fiestas buscaban ahuyentar combinando ruido y luz.
“Desde 1910 tenemos constancia documentada de la aparición de un extraño personaje el día de San Nicolás llamado Butzli. Luego pasó a llamarse Schmutzli”, explica Kurt Lussi. “Schmutzli es un personaje feo con una cara oculta, y esta figura tenía una cara negra, ojos rojos y una gorra negra”.
El experto nos habló de una ilustración que data de 1486 que representa a un demonio secuestrando niños. “Este tema del robo de niños vuelve con Schmutzli. También está el Sträggele, otro personaje ladrón de niños al que yo llamaría un demonio nativo de Suiza. A él se le asocian escobas de abedul y Schmutzli también las viste”.
Schmutzli se prepara para utilizar su escoba en una calle de Friburgo en 2017.
Keystone/Christian Merz
Samichlaus, la versión suizo-alemana de San Nicolás, y Schmutzli tradicionalmente desfilan por las calles, visitan casas y –en un clásico doble juego de policía bueno y policía malo– preguntan sobre el buen comportamiento de los niños durante el año pasado. Los niños castigados recibían golpes (ligeros) con una escoba de abedul o eran colocados en bolsas y cestas.
“No somos la policía”
No es sorprendente que los niños aprendieran a desconfiar de Schmutzli. “Cuando éramos niños, nos portábamos tan mal durante el año que siempre teníamos unas tijeras en el pantalón el día de la visita de San Nicolás y Schmutzli. ¡Esperábamos poder escapar de la bolsa!”, admite un colega que hoy en día es muy sabio.
“Aún hoy los niños preguntan a veces si los van a secuestrar”, lamenta Daniel Küng, presidente de la sociedad San Nicolás de Littau. “Luego intercambiamos algunas palabras duras con el abuelo que les contó estas historias”, explica al Lucerner Zeitung. “Queremos que la gente viva el espíritu navideño, no somos la policía que mantiene el orden en las casas”.
Mantenerse al día: Schmutzli y Saint-Nicolas hablan a distancia con una familia, en Zúrich en 2020, una época en la que el Covid-19 impedía las reuniones en interiores.
KEYSTONE/Alexandra Wey
El pasado mes de diciembre, unas cincuenta personas se reunieron para el Sínodo de San Nicolás en Wislikofen, en el norte de Suiza. Si en algo todos estaban de acuerdo es en que San Nicolás y especialmente Schmutzli habían cambiado considerablemente en los últimos 25 o 50 años.
“El malvado Schmutzli que mete a los niños en una bolsa ya no existe”, dice Gaceta DiariaEnlace externo Jürg Thrier, Saint-Nicolas desde hace 33 años.
Edy Jauch dice que hoy en día, durante el desfile de San Nicolás, a veces hay jóvenes que no entienden la tradición y se enfrentan agresivamente a Schmutzli. “Quieren quitarle la escoba para poder golpearlo ellos mismos”. Los Schmutzli reciben instrucciones de no reaccionar ante estas provocaciones.
“A veces hay una cariñosa palmadita con la escoba para un transeúnte o un ‘Brämi’ para un ‘Modi'”, añade Edy Jauch. Este es el intento de Schmutzli de untar algo de su propio maquillaje en la mejilla de una mujer. “Es muy posible que un Schmutzli acabe prácticamente sin maquillaje”.
maquillaje negro
Entramos entonces en el campo minado de la corrección política. A primera vista, los hombres vestidos de negro que imponen a las mujeres pueden parecer problemáticos.
En los Países Bajos, Zwarte Piet (Pedro el Negro), originalmente representado como un moro, tenía tratos con las Naciones Unidas.Enlace externo – acusado de racista, degradante y obviamente un sirviente o esclavo negro de la era del imperialismo holandés.
Pero Schmutzli es muy diferente: su rostro oscuro se debe a la suciedad o al hollín. “No vemos ningún problema con esta tradición”, dijo. 20 minutosEnlace externo Stephanie Graetz, directora de la Fundación Contra el Racismo y el Antisemitismo. Ella cree que el Schmutzli negro no tiene connotaciones racistas y destaca su origen mitológico como personaje malvado.
Un toque de última hora: los Schmutzlis de Stäfa se pintan la cara de negro, para representar la suciedad y el hollín.
Michael Trost
Markus Kolly, de Saint-Nicolas en Friburgo, propone una razón más práctica para explicar el maquillaje negro. “El objetivo es que no reconozcamos a la persona detrás de Schmutzli”, dijo. 20 minutos. “Los niños no deberían ver similitudes con personas que conocen. Por eso los Schmutzli usan pelucas y barbas postizas”.
Además, no todos los Schmutzli tienen la cara sucia, porque después de todo, quitarse el maquillaje de la ropa es un trabajo duro. Martin Kempf, director del sitio chlaus.ch, explica 20 minutos que las interpretaciones de Schmutzli difieren fundamentalmente de un municipio a otro.
“En algunas regiones, Schmutzli se presenta como un carbonero y pinta la cara de la gente”, añade Martin Kempf. Destaca que en su infancia prevalecía una versión completamente diferente. “En determinadas regiones del centro de Suiza, San Nicolás está acompañado por asistentes representados de blanco o con forma de ángeles”.
Texto revisado y verificado por Samuel Jaberg, traducido del inglés usando DeepL/dbu
Schmutzli y San Nicolás van de casa en casa en Stäfa para felicitar a los niños, darles golosinas y, a veces, pesadillas.
Michael Trost