Tres exposiciones sobre Jean Hugo con diferentes tendencias; esto es lo que tienen previsto hasta el 13 de octubre los museos Fabre (Montpellier), Paul Valéry (Sète) y Médard (Lunel). Esta iniciativa se produce en el marco de los cuarenta años de la muerte del artista y con motivo del centenario del surrealismo. El museo Médard centra su mensaje en torno al amor que el artista tenía por la Camarga y Lunel. Montpellier y Sète se complementan. En el museo Fabre se destacará la producción, el entorno social y cultural del pintor desde 1914 hasta la Segunda Guerra Mundial, mientras que en el museo Paul Valéry se tratará de la posguerra y su amor por los paisajes. Si Montpellier ha desarrollado una escenografía de lo más notable y ha recibido préstamos de los más grandes museos, desde el Museo Nacional de Arte Moderno (París) hasta el Museo Metropolitano de Arte (Nueva York), pasando por el Museo de la Orangerie (París); Sète, por su parte, ofrece una exposición más clásica centrada únicamente en la producción pictórica de Jean Hugo.
Jean Hugo, la mirada mágica en el museo Fabre (Montpellier)
Louise de Vilmorin, una gran escritora, declaró “Es muy difícil ser descendiente de Víctor Hugo; entonces ya no es cuestión de bajar, hay que volver a subir.¿Jean Hugo logró “volver”? Lo cierto es que supo desarrollar su expresión artística dentro de la sociedad de entreguerras. De esto trata la exposición en el museo Fabre de Montpellier. Proviene de una familia numerosa, tenía veinte años en 1914, su creación de decorados de ballet, la elección del cuadro en lugar del escenario, una renovación de su creación: esto es todo de lo que se ocupa el museo Fabre. A través de una escenografía circular que se abre a piezas cronotemáticas, esta exposición permite sumergirse en el fascinante mundo de Jean Hugo. Podrás ver obras del artista y de aquellos con quienes trabajó: Le Douanier Rousseau, Francis Picabia, Valentine Hugo, Pablo Picasso y muchos otros.
Jean Hugo, entre el cielo y la tierra en el museo Paul Valéry (Sète)
En Sète, el público se sumergirá en el universo pictórico de Jean Hugo. En sus cuadros lo que llama la atención son los colores. Estos son en sí mismos específicos del artista. Rosas, azules, verdes que podríamos reconocer entre muchos otros. Las combinaciones de colores llaman la atención por su singularidad. Jean Hugo desarrolla una paleta armoniosa. Elegir los colores uno al lado del otro los revela. Colores que calientan el corazón y apelan a nuestro lado infantil. Sus elecciones cromáticas ayudan a crear una atmósfera tranquilizadora. Suave y vivaz. A través de los diferentes paisajes, los de otros lugares, los del sur y el norte de Francia, los colores nos transportan. Sin embargo, el toque de Jean Hugo no se limita a sus colores. Al observar sus aguadas en blanco y negro, nos impacta su estética: sus mismas curvas, sus mismas formas, su mismo juego de tonos, sus mismas perspectivas. Los colores sublimes acentúan el universo. Pero esto ya está presente a través de la línea, las formas de sus personajes, sus árboles, sus valles.
Jean Hugo, la mirada mágica, su vida en Lunel de 1920 a 1984 en el museo Médard (Lunel)
En 1929, Jean Hugo heredó de su abuela el Mas de Fourques de Lunel. Entonces decide establecerse allí. Allí desarrolló buena parte de su producción artística hasta su muerte en 1984. Gracias a los aportes conmemorativos de su familia, el público podrá descubrir este lugar y el patrimonio que allí se creó. El taller del artista, la pasión por la Camarga y sus tradiciones, las fuentes de inspiración locales y el caminar como instrumento de apropiación amorosa del entorno se destacarán a través de pinturas, fotografías, bocetos, objetos y documentos.
Alto nivel
Para más información: museemedard.fr; museefabre.fr; museepaulvalery-sete.fr
