doEs en un tenso contexto político que docentes y funcionarios salieron a las calles este jueves 5 de diciembre de 2024 por la mañana. Mientras la Asamblea Nacional censuraba el gobierno de Michel Barnier, un gesto inédito desde 1962, tres procesiones de los servicios públicos (hospital, educativo y territorial) partieron por las calles de Mont-de-Marsan hacia la prefectura, y esto, a la convocatoria de la intersindical. Según la policía, alrededor de las 11 de la mañana había alrededor de 500 personas reunidas frente al edificio estatal, cuando los sindicatos anunciaron 700 personas.
Por parte de la Educación Nacional, la reunión tuvo lugar frente al colegio Jean-Rostand. Antes de unirse a la procesión de la administración pública del hospital, Flavien Thomas, cosecretario de FSU 40 y profesor del instituto agrícola Sabres, se pronunció. “¡Que el gobierno esté censurado no cambia la necesidad de movilizarnos para defender nuestros logros sociales, nuestros derechos y nuestras condiciones laborales! La única manera de hacer retroceder al gobierno o al próximo es establecer un poderoso equilibrio de poder. Si no cede, será necesario ampliar y fortalecer la movilización y las huelgas. ¡Sólo podemos contar con nuestra fuerza, nuestra ira y nuestra determinación! »
“Hay un gran enfado en la Educación Nacional”, confirma un profesor de historia y geografía en un colegio de las Landas. “Los ‘ataques a los funcionarios’, la ausencia de aumentos salariales o incluso los 4.000 recortes de empleo previstos nos hacen llegar al límite”, añade otro profesor.
En el desfile, junto a los profesores, algunos agentes del centro de finanzas públicas y del centro de gestión territorial de la función pública también quisieron comunicar su enfado. “Dudé en venir porque tenía mucho trabajo, pero trabajé hasta ayer tarde (miércoles, nota del editor) para venir. Debemos luchar, por nuestros hijos, para mantener nuestros derechos. Hoy en día, en nuestro departamento, tenemos un montón de misiones y solo somos tres para realizarlas. Tenemos colegas que cada vez hacen menos huelga y por eso hoy estamos muy mal representados. Sí, los funcionarios son como todos los demás, también tienen préstamos que pagar”, confiesa un manifestante que prefiere permanecer en el anonimato.
“Oveja negra”
Frente al Centro Hospitalario Intercomunal de Mont-de-Marsan y Pays des Sources, ondean en el aire las banderas de las diferentes organizaciones sindicales. Poco a poco se fue formando un pequeño grupo de unas sesenta personas. En la bata de una enfermera, el lema “Salvar el hospital” refleja el estado de ánimo de todo un sector. La procesión se pone en marcha. La música inunda el bulevar Saint-Médard.
Nicolás Bordes, enfermero psiquiátrico y delegado sindical ante la CGT, protesta contra el deseo del gobierno censurado de introducir tres días de espera en la función pública. Y particularmente en la función hospitalaria. “En los servicios hay cuidadores de 45 años agotados por el trabajo. La mayoría tiene problemas de salud. » Destaca la importante pérdida económica para los agentes (entre 60 y 100 euros netos diarios en función del puesto y antigüedad en el establecimiento). Rechaza la “generalización” de un servicio público corrompido por las “manzanas podridas”.
Los manifestantes llegan frente a la sede landesa de la Agencia Regional de Salud (ARS). Esta es una oportunidad para hablar. “Queremos un aumento de salarios. No queremos migajas ni bonos que no cuenten para la jubilación”, insta uno de los representantes de la CGT. Y continuó: “Es una verdadera lástima. Son los salarios más bajos los que se verán afectados. »
En la esquina de las avenidas Cronstadt y Maréchal-Foch, Jean-François Faivre, enfermero de urgencias y representante sindical de la Unsa, constató el deterioro de la atención a los pacientes, en particular debido a la falta de camas. “Tenemos unas quince salas de tratamiento cuando habitualmente atendemos a 45 pacientes”, explica. A veces me da vergüenza hacer lo que hago. » Una cosa es segura: con esta manifestación, los huelguistas envían un mensaje claro al futuro gobierno y a los parlamentarios que deberán redactar las próximas leyes de finanzas.