SENEGAL-AES, EL GRAN MALENTENDIDO | SenePlus

SENEGAL-AES, EL GRAN MALENTENDIDO | SenePlus
SENEGAL-AES, EL GRAN MALENTENDIDO | SenePlus
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Los propagandistas de las juntas del Sahel no dan tregua. Ellos que habían apostado tanto por la adhesión de Senegal a la Alianza de los Estados del Sahel (AES, Malí, Burkina Faso, Níger), al final de la crisis que enfrentó al presidente senegalés Macky Sall con los movimientos de protesta durante varios meses. En el centro de esta crisis está el enfrentamiento entre el régimen de Macky Sall y el disuelto partido Pastef (Patriotas Africanos de Senegal por el Trabajo, la Ética y la Fraternidad), dirigido por Ousmane Sonko. Los discursos de “ruptura” de este último habían forjado, entretanto, vínculos de afinidad con los neopanafricanistas, fervientes propagandistas de los regímenes resultantes del golpe de Estado en el Sahel. En su marcha hacia la conquista del poder, Pastef no desdeñó contar con este apoyo para transmitir su lucha a la opinión pública. Incluso si eso significa asumir sospechas de conexiones con potencias extranjeras –Rusia a la cabeza– poco dispuestas a favorecer la expansión de los principios democráticos a los que Pastef nunca ha dejado de referirse. Les officiers du néo-panafricanisme professionnelétaient devenus d’exubérants exégètes du projet du Pastef, convaincus que le Sénégal allait bientôt rejoindre le club des régimes prétendument « souverainistes » qui ont émergé à la faveur de coups d’Etat militaires depuis 2020 en Afrique de l ‘Oeste.

“Preservar el patrimonio de la CEDEAO”

Así, en plena crisis senegalesa, estos “amigos” de Pastef llegaron a desear un golpe de Estado en Senegal. Fórmula ideal, según ellos, para completar la lógica de inclusión de este país en la AES. Sin embargo, los senegaleses nunca han dejado de excluir tal hipótesis, recordando el “carácter republicano” de su ejército en un país que nunca ha experimentado un golpe de Estado. Al final de la crisis senegalesa, el 24 de marzo, unas elecciones libres y transparentes llevaron al poder a una de las principales figuras de Pastef, Bassirou Diomaye Faye. A su lado, Ousmane Sonko, líder del movimiento, nombró primer ministro. Esta demostración de vitalidad democrática marca entonces una profunda incompatibilidad entre la cultura política senegalesa y los esquemas defendidos por los pirómanos neopanafricanistas.

Sin embargo, estos últimos exigen que el ejecutivo senegalés cumpla inmediatamente sus expectativas, a saber, una “ruptura con Francia y Occidente”, la retirada de Senegal de la CEDEAO (Comunidad Económica de los Estados de África Occidental), al igual que los tres regímenes AES, y la abolición inmediata. del franco CFA… Pero, muy rápidamente, las acciones tomadas y las palabras públicas del nuevo presidente senegalés, Bassirou Diomaye Faye, provocarán la ira de estos autoproclamados “soberanistas” que han hecho de la AES su santuario. Mientras recuerda a quienes no lo saben que es un “panafricanista de izquierdas”, el joven presidente senegalés (44 años) ensalza las virtudes de la democracia que desea “fortalecer”. Una declaración que contradice el breviario de los regímenes militares de la región que se han lanzado, con sus compinches, a una auténtica cruzada contra la democracia. El presidente senegalés afirma el compromiso de su país con los “objetivos de integración regional”, prometiendo “trabajar por el regreso a la CEDEAO” de los países del AES. Lo suficiente como para desencadenar un ataque de urticaria aguda entre los activistas para quienes el panafricanismo parece rimar con desintegración regional. El malentendido sobre el concepto de panafricanismo se está volviendo evidente entre los líderes de Pastef y los atronadores seguidores de la AES.

Si no renuncia a su proyecto de “salir” del franco CFA, el gobierno senegalés explica que lo hará en colaboración con los socios interesados ​​de la región y según un calendario razonable. Lo importante es trabajar por “un Senegal justo y próspero en una África en progreso”, y debemos “reequilibrar las asociaciones internacionales en un sentido en el que todos ganen”. Durante una visita el 30 de mayo a Malí y luego a Burkina Faso, Bassirou Diomaye Faye insistió a los dos líderes golpistas, Assimi Goïta e Ibrahim Traoré, en la necesidad de “preservar el patrimonio de la CEDEAO”. Palabras que no concuerdan bien con la agenda de las juntas AES que optaron por retirarse de la CEDEAO para permanecer en el poder indefinidamente.

Enfrentamiento de dos sistemas de valores

Para los predicadores de la AESian que esperaban una “ruptura” teatral con Francia, la visita de Bassirou Diomaye Faye a París –su primer viaje fuera del continente desde su elección– habrá sido un acto de “renuncia” definitiva. Desde entonces, las redes sociales están en llamas y los turistas de los regímenes golpistas lanzan numerosos anatemas contra el Gobierno senegalés, acusado de haber “dado la espalda a sus compromisos”. algunos recuerdan que su país ha sabido consolidar, a lo largo de décadas, los contornos de una diplomacia sofisticada. Para ellos, la “soberanía” se afirma también mediante una gestión controlada de la diversificación de las asociaciones, en beneficio de los intereses bien entendidos de Senegal. Una “tradición” que el nuevo poder pretende reforzar. En reacción a las acusaciones de odio en las redes sociales, se formaron grupos de senegaleses para defender a sus líderes y a su país, y replicar que Senegal nunca ha asumido el más mínimo compromiso con los países de la AES. Entre nacionales y aliados de la AES y ciberactivistas senegaleses, la violencia verbal, acompañada de amenazas físicas, alcanzó un umbral crítico.

Al mismo tiempo, la Coalición Senegalesa de Defensores de los Derechos Humanos (COSEDDH) y Amnistía Internacional organizaron una manifestación en Dakar el 21 de junio. Una manifestación de solidaridad con las víctimas de los ataques a la libertad de expresión y de prensa en Burkina Faso. En respuesta, unos días después se celebró una contramanifestación de “protesta” frente a la embajada de Senegal en Uagadugú, por iniciativa de miembros de la Coordinación Nacional de Asociaciones de Vigilancia Ciudadana de Burkina Faso (apoyo a la junta burkinabé). Hechos sintomáticos del clima que reina entre estos dos países.

El malentendido entre los nuevos líderes senegaleses y sus críticos parece ser una confrontación entre dos sistemas de valores. Entre un Senegal más apegado que nunca a su sistema democrático y regímenes que trabajan, con sus relevos, para demonizar esta democracia. La brecha entre las acciones tomadas por la actual potencia senegalesa y las expectativas de algunos de sus supuestos aliados en el momento en que Pastef hacía todo lo posible para conquistar el poder, refleja la realidad de un malentendido inicial. Para quienes conocen Senegal y la dinámica de su escena política, era difícil imaginar que el poder proveniente de las urnas pudiera, en un impulso excluyente, alterar todos los equilibrios existentes. El Presidente Diomaye Faye, que no tiene el perfil de un destructor, no puede ignorar la arquitectura de las fuerzas plurales que estructuran la vida política de su país, todos los factores que constituyen su elección y la evaluación de las prioridades nacionales… En este contexto nacional específico En este contexto, se esfuerza, con su entorno, por encontrar el equilibrio adecuado entre la gestión ortodoxa del poder estatal y la relativa lealtad a las promesas preelectorales. Una forma, en resumen, de reconectarse con las virtudes y las limitaciones de la política. Corresponde a los senegaleses, y a ellos primero, juzgar.

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