Senegal acaba de unirse al club de los productores de oro negro y comenzará la explotación de gas natural a finales de 2024. Recursos que la nueva potencia pretende poner al servicio de la población sin ahuyentar a los inversores.
Una década después de descubrir petróleo frente a sus costas, Senegal liberó su primer barril a mediados de junio. Un momento histórico para este Estado de África occidental, con 18 millones de habitantes, que se suma al restringido círculo de países productores de oro negro. En pleno funcionamiento, el campo de aguas profundas de Sangomar, situado a 100 kilómetros al sur de Dakar, tiene como objetivo una producción diaria de 120.000 barriles, según la empresa operadora australiana Woodside Energy. A finales de 2024, el país también debería iniciar la explotación de gas natural licuado, cuya producción anual se estima en 2,5 millones de toneladas.
En comparación con Nigeria y sus 1,25 millones de barriles por día, los volúmenes senegaleses seguirán siendo modestos. Sin embargo, se esperan unos ingresos anuales de alrededor de mil millones de euros, según Petrosen, la empresa de producción estatal. Una proyección que representa el 10% del presupuesto del país para 2024.
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