Este martes 3 de diciembre por la mañana, numerosos estudiantes de secundaria de varios establecimientos de París se movilizaron para protestar contra la presión académica y las condiciones de estudio cada vez más catastróficas. Una presión cada vez mayor que llevó incluso al suicidio de un estudiante de secundaria. La movilización comenzó en el colegio Charlemagne donde cerca de 70 estudiantes de secundaria organizaron un bloqueo del establecimiento. Lemas como “¡La presión académica nadie la tolera! ». Esto último se destacó especialmente por el éxito de la petición contra el horario de 8 a 18 horas de SenseiMots, una de las únicas iniciativas que denuncia este ritmo infernal.
La movilización fue violentamente reprimida por la policía. CRS bloqueó las calles alrededor de la escuela secundaria Charlemagne, rompiendo el bloqueo para evitar que más estudiantes de secundaria se unieran a él, y luego atacó a los estudiantes de secundaria y los golpeó. Un estudiante de secundaria incluso fue estrangulado por uno de ellos.
Los estudiantes de secundaria lograron entonces alejarse y sumarse a otros estudiantes de secundaria movilizados de establecimientos vecinos reuniéndose con más de un centenar de ellos al lado del liceo Víctor Hugo. Y una vez más, el CRS se apresuró a reprimirlos con gases lacrimógenos y nuevas cargas. Además, las fuerzas del orden arrestaron a 5 estudiantes de secundaria que actualmente se encuentran detenidos en la comisaría del tercer distrito. Mientras los estudiantes de secundaria denuncian el impacto de las políticas represivas y educativas en la salud mental de muchos de ellos, el gobierno intenta silenciar esta voz e impedir su movilización con mano de hierro.
Esta represión sigue la retórica autoritaria y represiva del gobierno que quiere disciplinar a la juventud teniendo en la mira a los estudiantes de secundaria. SNU, uniforme, internado forzoso, el objetivo del gobierno es formarse como buenos soldados en posición de firmes. Sin embargo, miles de personas han firmado la petición y ya no quieren verse sometidas a esta presión. “Siento que estoy desperdiciando mi vida”denunció un estudiante de secundaria ante el micrófono de Poing Levé el pasado mes de febrero. Los estudiantes de secundaria no tienen que aceptar estas condiciones de estudio. La actual crisis política, que coloca al gobierno en una situación de debilidad, nos ofrece la oportunidad de imponer otra escuela: exigir una reducción del ritmo académico, pero también exigir el fin de la selección para el ingreso a la universidad, la derogación del Parcoursup y abandono del choque de conocimientos. Un proyecto que ya no satisfaría las necesidades de las grandes empresas y la casta gobernante, sino las de los estudiantes y el resto de la sociedad, garantizando el bienestar de todos.
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