tMuy bien situada al final de la península de Cap-Ferret, esta excepcional villa de 200 m2 con piscina salada y climatizada, exuberante jardín y decoración de estilo colonial se alquila entre 9.000 y 15.000 euros por semana. El tribunal penal de Burdeos acaba de condenar a su propietario, un empresario jubilado, responsable durante mucho tiempo de una bodega de vino del Alto Médoc, a demoler parte de esta construcción de lujo.
Tras adquirir un terreno de 2.800 m² en 2014, el septuagenario quiso, recurriendo a un arquitecto y a un artesano, realizar unas obras de renovación que comenzaron en mayo de 2015. Esto incluía levantar el edificio para hacer un “R+1” y demoler una parte. del mismo en la fachada este para dejar un paso entre la villa y la propiedad de los vecinos. Sin embargo, estos últimos vieron construir una pared divisoria aún más alta, dominada por una terraza con vistas directas a su casa, a pesar del desarrollo vegetal.
No regularizable
“Era un lugar de reunión familiar para las vacaciones y se convirtió en una pesadilla”, resume su abogado, M.mi Marie-Françoise Lasserre, quien los acompaña en su acción judicial para que se reconozca una perturbación del disfrute y una depreciación de su propiedad. “Viven con la sensación de ser observados constantemente. »
“Era un lugar de reunión familiar durante las vacaciones y se convirtió en una pesadilla”, resume Marie-Françoise Lasserre.
El 28 de mayo de 2018 se elaboró un informe por infracción del código urbanístico. La ubicación de la casa no cumplía con el permiso de construcción otorgado. De hecho, la parte a demoler sigue en pie, el alzado se construyó sobre la casa existente, en el borde de la propiedad, y no a 4 metros como estaba en el plano, y se construyó un espacio para la piscina sin declaración.
En enero de 2019, el propietario de la villa de lujo se había comprometido a resolver el problema en un plazo de tres meses. Tres años después, nada había cambiado. Se denegó un permiso de modificación porque se aprobó un nuevo plan urbano más restrictivo después del permiso inicial. De hecho, la situación no puede regularizarse.
Desde entonces, el septuagenario ha emprendido acciones civiles contra el arquitecto y el artesano. Procesado por primera vez en rebeldía, compareció el 9 de septiembre por realizar obras no autorizadas por un permiso de construcción y por desacato de las normas urbanísticas nacionales y por ejecución irregular de obras sujetas a declaración.
Hijo abogado, Mmi Guillaume Achou-Lepage intentó en primer lugar anular el procedimiento, considerando que el atestado de la policía municipal no se habría podido redactar sin entrar ilegalmente en el inmueble. Luego solicitó un aplazamiento de la sentencia, esperando, después de la anulación, el pasado mes de junio por el Consejo de Estado, de la decisión del tribunal administrativo de apelación de Burdeos que validaba el PLU, que este último podría sufrir una nueva modificación, haciendo que el Construcción regularizable.
Pero el tribunal declaró culpable al empresario y lo condenó a una multa de 5.000 euros, de los cuales 2.500 fueron suspendidos (5.000 euros para su empresa) y a restitución conforme al PLU bajo pena de 25 euros (50 para su empresa) por día. de retraso en el plazo de seis meses. Él apeló. Pero la ejecución provisional le obliga a cumplir la sentencia inmediatamente.