lo esencial
En el Gers, los vecinos se movilizan para una manifestación única, impulsada por una organización de Nantes, para salvar los pollos sacrificados. Un criador de Duffort participó en el juego para darles una segunda vida. Informes.
En todo el Gers, los habitantes acudieron para participar en un acontecimiento original: el rescate de los pollos sacrificados. Es el instigador de la organización “La Voix des Poules”, creada por dos nanteses: Antoine y Emma. Durante todo el año, colaboran con criadores de toda Francia, lo que permite que miles de gallinas encuentren un nuevo hogar.
¿Su misión? Salva a estos animales de un final trágico y ofréceles una jubilación tranquila y merecida después de meses de arduo trabajo. “Nos hemos fijado lo básico: el respeto por los criadores franceses. Sabemos que hoy en día es muy complicado para ellos. Por eso queremos restablecer su valor. Y nuestro objetivo es también restablecer el valor de la gallina gastada con nuestra acción”, explica Antonio.
Cada 18 meses, para cumplir con las normas, los criadores renuevan sus rebaños. Pueden enviar los pollos al matadero (unos pocos céntimos por animal) o optar por conservarlos.
Dar una segunda vida a una gallina: un gesto altruista y útil
En Duffort, en la frontera de los Altos Pirineos, Loïc, un criador apasionado, decidió ofrecer una segunda oportunidad a sus gallinas ponedoras ecológicas, salvándolas de un final trágico. El proceso es sencillo: simplemente reserve online a sus futuros residentes y luego recoja las gallinas en la dirección facilitada el día antes del evento.
“El primer año que tuve gallinas ponedoras no las compartí con nadie. Me di cuenta de que había demanda y, al mismo tiempo, me quedé con algunas. poniendo huevos todos los días me dije que lo iba a compartir con la gente”, explica el granjero.
Estos rescates no se limitan sólo a un gesto altruista. Para algunos, es la oportunidad de tener buenos huevos frescos sin tener que gastar mucho dinero. Para otros, estas gallinas se convierten en verdaderos miembros de la familia.
Y los clientes parecen encantados, como Michel, que vino a recoger las cuatro gallinas que tenía reservadas. “¡Es muy interesante! Estas gallinas no irán al matadero. Como vivo en una granja, serán mascotas y tendremos huevos frescos”. La misma historia del lado de Lucienne. “El zorro había entrado en el gallinero, había matado a algunos. Tomamos doce que no irán al matadero. ¡Estarán bien alimentados y tendrán todo lo que necesitan!” ella especifica.
Para la organización de Nantes, la adopción de estas gallinas ayudaría a frenar la demanda de aves de cría intensiva, “lo que animará a los productores y criadores a mejorar las futuras condiciones de vida de los animales”. En Francia, cada gallina sacrificada adoptada contribuye a reducir alrededor de 150 kg de residuos orgánicos al año, al tiempo que produce hasta 250 huevos al año.
A los 22 años, el fundador de La Voix des Poules destaca el principio de autosuficiencia. “Crecí en un contexto de sobreconsumo. Fue uno de los mayores problemas de mi infancia y cuando veo las generaciones que puede haber me digo: “sin tienda, ¿qué es lo que haríamos?”. También por qué empezamos esto”.
En el Gers, asociaciones como los Campos Libres aux Poules también ofrecen cada año rescates como éste. Estas iniciativas ilustran una conciencia cada vez mayor: la importancia de dar una segunda vida a los animales de granja.