También están presentes el primer ministro, Ousmane Sonko, así como miembros del gobierno, autoridades militares, cargos electos, representantes diplomáticos y organizaciones internacionales. En este homenaje histórico participan delegaciones de países como Francia, Camerún, Yibuti, Chad y Burkina Faso.
Los fusileros senegaleses: una historia de valentía y sacrificio
Creado en 1857 por el general Louis Faidherbe, entonces gobernador de Senegal, el cuerpo de fusileros senegaleses reúne a soldados del África subsahariana que luchan contra las tropas coloniales francesas. Durante la Primera Guerra Mundial, alrededor de 200.000 fusileros del África Occidental Francesa (AOF) lucharon bajo bandera francesa, de los cuales 135.000 fueron enviados a Europa, con un elevado saldo de 30.000 muertos y numerosos heridos.
Entre 1939 y 1944, cerca de 140.000 africanos se unieron a las fuerzas francesas para luchar contra la Alemania nazi, participando en particular en la liberación de Toulon en agosto de 1944. La masacre de Thiaroye, ocurrida el 1 de diciembre de 1944, constituye uno de los episodios más oscuros de esta historia.
Regreso a la masacre de Thiaroye
Según la APS, los acontecimientos de Thiaroye afectan a 1.280 fusileros desmovilizados, repatriados a Senegal después de la Segunda Guerra Mundial, que exigían el pago de sus indemnizaciones y de sus primas de cautiverio. El 1 de diciembre de 1944, estos veteranos, reunidos en el campo militar de Thiaroye, fueron rodeados por el ejército colonial francés, que abrió fuego, provocando un número de muertes aún discutido.
Las cifras oficiales francesas hablan de entre 35 y 70 víctimas, pero historiadores, como Mbaye Guèye, estiman que esta cifra podría aumentar a 191 muertos, o incluso más. El historiador Rokhaya Fall señala que documentos, como los registros de defunción de 1944 y 1945, así como archivos periodísticos de la época, sugieren que el número de víctimas sería mayor que el anunciado oficialmente.
Un deber de recordar que sigue vigente
La masacre de Thiaroye sigue siendo un símbolo de la injusticia y el sufrimiento experimentado por los fusileros senegaleses, que a menudo lucharon por una nación colonial sin beneficiarse del reconocimiento o los derechos que les correspondían. Con esta conmemoración, Senegal recuerda la importancia de preservar la memoria de estos soldados, como lo demuestra el célebre poema dedicado a estos fusileros por Léopold Sédar Senghor en su colección Huestes negras.
Esta ceremonia, informó la APS, es parte de un proceso de reconciliación histórica y reconocimiento hacia estos héroes olvidados, con el fin de iluminar mejor a las generaciones actuales y futuras sobre su papel crucial en las luchas del siglo XX.