El PSPP, líder del Partido Québécois, asusta a la genteestablecimiento quien esconde cada vez menos su intención de destruirlo políticamente a toda costa.
Esta semana nos lo confirmaron dos veces.
Primero con el “asunto SPA”.
Recuerdo los elementos. El PSPP había previsto un día de descanso, lo que no le impidió exponer claramente su posición sobre la imposición de una política arancelaria más que contundente anunciada por la administración Trump.
SPA
Algunos dirán que hubiera sido mejor posponer este día libre. No lo creo, pero siempre podemos hablar de ello.
Lo principal está en otra parte.
Los pequeños perdedores le tomaron una foto en un momento de relajación privada y luego hicieron todo lo posible para imponer esta información a los medios.
Lo lograron.
Algunos comentaristas, confundiendo claramente el análisis político con los chismes mundanos, informaron del evento y explicaron que no debían hacerlo, mientras lo hacían.
¿Se han preguntado alguna vez cómo reaccionarían si les tomaran una foto mientras viven sus propias vidas?
Este voyerismo es la baja política estadounidense.
A menos que yo sepa qué fanático de la transparencia ha decretado que los políticos no tienen derecho a una vida privada, ni a un día libre.
Segundo acto: Noovo dedicó un reportaje, que circuló ampliamente en las redes sociales, a un pequeño grupo nacionalista, la Nueva Alianza, al que sus detractores acusan de extremismo de derecha.
Lo primero que hay que decir sobre este movimiento es que no representa casi nada.
Sucio
¡Pero ahí lo tienes! Noovo intentó asociarlo con el PQ, para sugerir que se muestra complaciente con el extremismo político.
El objetivo: golpear la credibilidad política del PQ. Y con ello asimilarlo, aunque sea indirectamente, a la extrema derecha. Y deslegitimar a los separatistas.
La cuerda es gruesa. Es una guerra que se está librando. ¡Que los separatistas sean conscientes de esto!