lo esencial
El miércoles 27 de noviembre, Francia afirmó que el primer ministro israelí goza de “inmunidad” ante la orden de detención dictada en su contra. Esta posición, que pone en duda la autoridad de la CPI, contradice los compromisos internacionales del país.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, es ahora objeto de una orden de arresto de la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Sin embargo, desde que se emitió este mandato, Francia ya parece dudar sobre el curso de acción a seguir. El miércoles 27 de noviembre, el Ministerio de Asuntos Exteriores publicó un comunicado de prensa recordando que, si bien Francia respeta sus obligaciones frente a la CPI, también debe tener en cuenta la “inmunidad” de la que podría beneficiarse Benjamín Netanyahu. Esta declaración fue vista como un desmentido por los defensores de la justicia internacional.
“Francia tiene la obligación jurídica de apoyar a la CPI y sus acciones, en particular en la ejecución de las órdenes de detención”, insiste Clémence Bectarte, abogada especializada en derecho penal internacional. “Al firmar el Tratado de Roma, Francia aceptó revocar esta invocación de inmunidad. Cuando blande esta llamada excepción, es un error”, decide, sobre todo porque el estatuto del IPC está consagrado en la Constitución francesa.
“La CPI necesita un apoyo inquebrantable”
Como Israel no es signatario del Tratado de Roma, el artículo 27 de la CPI especifica claramente que “la calidad oficial de jefe de Estado o de gobierno, miembro de un gobierno o parlamento, representante electo o agente de un Estado, en ningún caso exime de responsabilidad penal en virtud del presente Estatuto, ni constituye en sí mismo un motivo para reducir la pena.”
Sin embargo, el comunicado de prensa francés parece mencionar tanto la cooperación con la CPI como las obligaciones derivadas de las relaciones diplomáticas con Israel. Una ambigüedad que, para Clémence Bectarte, es similar a una negación tácita de la CPI: “Hay una ausencia total de apoyo, mientras que la CPI necesita un apoyo inquebrantable. Aquí se trata de una declaración de negación, esto es muy preocupante”.
“Francia debe respetar sus compromisos internacionales”
Esta ambigüedad se explica en parte por la complejidad de las relaciones entre París y Tel Aviv. Francia se encuentra dividida entre su papel de apoyo a la justicia internacional y sus vínculos estratégicos con Israel. “Francia siempre puede oponerse a este mandato, pero debe respetar sus compromisos internacionales”, recuerda Mathilde Philip-Gay, profesora de Derecho en la Universidad de Lyon 3. Pero si Benjamin Netanyahu fuera a Francia, la decisión final recaería principalmente en Justicia francesa. “En cualquier caso, correspondería a la autoridad judicial francesa, que en Francia es independiente, encargarse de su detención, si surgiera la oportunidad”, precisa.
“Estos delitos son tan graves que justifican una excepción a esta inmunidad”, insiste Clémence Bectarte. Si Francia desea preservar su imagen de defensora de los derechos humanos, una postura demasiado ambigua podría, a largo plazo, debilitar el peso simbólico y político de la CPI. Un riesgo que los defensores de la Corte denuncian enérgicamente.