Vino caliente, pretzels y más de 300 chalets: el mercado navideño de Estrasburgo abrió sus puertas el miércoles y, como cada año, se esperaba una gran afluencia de público, lo que exigió nuevas medidas de seguridad.
“Siempre hay un poco de impaciencia y curiosidad para ver si todo lo que se ha trabajado durante todo el año tendrá el éxito esperado”, admitió a la AFP la alcaldesa (EELV) de la ciudad, Jeanne Barseghian, que acudió a reunirse. los expositores en la apertura del mercado.
“Hace unas horas, un corte de electricidad nos estresó especialmente, pero ahora estamos ansiosos por volver, como cada año, a la atmósfera y a los clientes”, sonríe unos metros más allá Eric Bodein, de 48 años, desde el interior de su chalet.
Mientras mezcla un barril de vino caliente, el comerciante lamenta el inicio tardío de las fiestas en comparación con años anteriores, debido a las celebraciones del 80º aniversario de la Liberación de la ciudad el pasado fin de semana.
“Empezamos un miércoles y terminamos el 27 de diciembre, es decir, un viernes, por lo que al final perdemos dos fines de semana laborables, que son los días que más clientes recibimos”, lamenta.
Mientras esperan para recoger sus pretzels, Batmas y Acar, dos estudiantes turcos de 20 y 23 años, están encantados de haber aprovechado unos días de vacaciones para visitar la capital navideña.
“En cuanto entramos en un pasillo del mercado, nos sumergimos en el mundo navideño y se crea un ambiente reconfortante, especialmente agradable, sobre todo después de estos días de frío”, explica Batmas.
Una opinión que Anne Gelsey, de 82 años, residente desde hace mucho tiempo en Estrasburgo, está lejos de compartir: “En cuanto se abre el mercado navideño, Estrasburgo pertenece a los turistas y no a sus habitantes, que deben adaptar toda su vida cotidiana a las medidas de seguridad. durante un mes”, subraya el jubilado.
Con 3,3 millones de visitantes el año pasado, el mercado navideño de Estrasburgo suscita preocupaciones en materia de seguridad, que probablemente no se disiparán tras el anuncio el miércoles de un aviso de huelga de la policía municipal de la ciudad hasta el 18 de diciembre.
– De una sola mano –
“La palabra y la acción son dos mundos diferentes”, señalan los sindicatos en un comunicado de prensa, lamentando la falta de acción ante sus demandas “relativas a un aumento del sistema de compensación y a una mejora de las condiciones de jubilación”.
Para la edición de 2024, en la que se espera que vuelvan a llegar numerosos turistas franceses y extranjeros, el sistema se ha adaptado. Sigue las recomendaciones de la Dirección Nacional de Seguridad Pública hechas este verano, que apuntan particularmente a áreas particularmente concurridas.
El sábado y el domingo se establecerá un flujo de circulación peatonal en un solo sentido en determinadas calles, mientras que se eliminará una zona destinada a la restauración en la plaza Kléber, en el centro, donde se encuentra un majestuoso abeto de 31 metros de altura.
Y mientras dure el mercado, el acceso a la catedral, importante atractivo turístico, se realizará únicamente por la fachada sur para distribuir mejor el flujo de visitantes.
En caso de tráfico muy intenso, que será controlado en tiempo real por la policía, apoyada por drones, se podrán tomar medidas adicionales, como el cierre de puentes peatonales o el establecimiento de un sentido único de circulación en determinadas calles.
– “Popular, festiva y abierta” –
Se invita a los automovilistas a aparcar en los aparcamientos park-and-ride, que ofrecen más de 14.200 plazas, y a llegar al centro de la ciudad en transporte público.
Sin embargo, se descarta la posibilidad de presentar códigos QR para circular en el hipercentro, como durante los Juegos Olímpicos de París: el objetivo es “preservar el espíritu navideño” y “mantener un evento popular, festivo, abierto a todos”, subrayó Jeanne Barseghian el martes.
El 11 de diciembre de 2018, el mercado de Estrasburgo quedó devastado por un atentado cometido por un joven radicalizado, que mató a cinco personas e hirió a otras 11 en las concurridas calles del centro de la ciudad.
Más de mil personas se movilizan una vez más para garantizar la seguridad en la Grande-île, el centro mismo de Estrasburgo.
Este año, el tema elegido es “la hora de maravillarse”, haciendo hincapié en los cuentos y las historias, en sintonía con la manifestación Capital Mundial del Libro, etiqueta de la UNESCO concedida a la capital alsaciana para 2024.