En Viena, una empresa transforma la paja en aislamiento

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En el enorme hangar, las 2.500 toneladas de paja están listas para pasar por la máquina procesadora. En el laberinto de tubos rojos, los fardos de paja se desenredan, limpian y comprimen automáticamente. Media hora después, fardos de 15 kilos salen de la unidad de producción, listos para utilizarse como aislamiento de edificios.

Paja picada en paquetes de 15 kilos lista para ser enviada. © Radio Francia
Rafael Benabdelmoumene

La fábrica de Brin d’Or costó 6 millones de euros y emplea a tres personas. Objetivo finalmente producirá 10.000 toneladas de paja picada. Este es sólo el primer año de producción, pero varios edificios ya están aislados con material natural. “Hay una obra muy conocida aquí en Poitiers, es el CROUS Champlain, el restaurante universitario que ha sido rehabilitado, renovado, aislado del exterior, con paja picada. Tenemos la escuela Mignaloux-Beauvoir, las oficinas de la sociedad Merlot… Y los techos de los talleres de la Comédie-Française de Sarcelles que están aislados con paja picada”detalla Nicolas Rabot, director general de Iélo, la empresa que comercializa la paja.

“Valor añadido” para los agricultores

En el otro extremo de la cadena, es la cooperativa Tricherie la que inició el proyecto. Unos cuarenta agricultores ya venden su paja a la empresa. Mientras que la ira de los agricultores que luchan por ganarse la vida con su producción se expresa en toda Francia, el proyecto Brin d’Or se presenta como una alternativa a los productores de cereales en busca de diversificación de sus fuentes de ingresos.

El objetivo “es para asegurar una Ingresos adicionales y valor añadido adicional para nuestros agricultores.“, explica Thibaud Deschamps, presidente del consejo de administración de la cooperativa Tricherie. “Como productor de cereales, no valoro la paja y la vendo en el extranjero o a larga distancia. Por eso estoy bastante orgulloso de saber que tenemos un proyecto local para reciclar paja a una escala de unos treinta kilómetros alrededor del sitio y que los edificios y proyectos que utilizarán esta paja también permanecerán dentro de un área restringida”se alegra el granjero.

Francia 2030

Por el carácter innovador de este proyecto, la empresa recibió la placa **” de manos del subprefecto de Châtellerault el 21 de noviembreFrancia 2030″ en la categoría “ciudad sostenible y vivienda innovadora”. La clave es una ayuda financiera para permitir que la cooperativa siga creciendo.

El subprefecto de Châtellerault presenta la placa
El subprefecto de Châtellerault entrega la placa “Francia 2030” a los participantes del proyecto. © Radio Francia
Rafael Benabdelmoumene

“Esta subvención de 1,5 millones de euros del Estado también les permitirá desarrollar y desarrollar la investigación. Y luego quizás también se le encuentren otros usos además del aislamiento para edificios”.declaró el subprefecto.

La empresa ya está pensando en producir mantillo o camas para animales a partir de paja. Pero el principal objetivo sigue siendoabrir otras cadenas de producción como el de Bonneuil-Matours en casi toda Francia para ofrecer 10% del mercado de materiales aislantes de origen biológico para 2030.

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