Editorial. Francia-Senegal, emancipación sin ruptura

Editorial. Francia-Senegal, emancipación sin ruptura
Editorial. Francia-Senegal, emancipación sin ruptura
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la fuerte tendencia que amplía la brecha entre Francia y su antiguo “patio trasero” africano se confirmó con la decisión de los generales de Níger de retirar a la empresa nuclear Orano su permiso para explotar la gigantesca mina de uranio de Imouraren en el Sahara…

la fuerte tendencia que amplía la brecha entre Francia y su antiguo “patio trasero” africano se confirmó con la decisión de los generales de Níger de retirar a la empresa nuclear Orano su permiso para explotar la gigantesca mina de uranio de Imouraren en el Sahara. La decisión se produce tras el desalojo de soldados franceses de sus bases en Niamey, pero también de las de Mali y Burkina Faso.

Declarada persona non grata por las potencias golpistas, Francia puede considerar que su exclusión del Sahel podría ser temporal y que la ruptura con estos tres países es demasiado brutal para no ser artificial. Sin embargo, la elección en Senegal de Bassirou Diomaye Faye, de la izquierda soberanista y panafricanista, confirma un cambio profundo en África. El nuevo funcionario electo también estuvo en París el jueves para discutir con Emmanuel Macron la redefinición de los vínculos franco-senegaleses.

En Dakar queremos una emancipación real de la antigua potencia colonial. Pero no a costa de una ruptura. Llegado a través de las urnas y no a través de un golpe de estado, este joven presidente prudente y de palabras raras no siente la necesidad de designar a Francia como chivo expiatorio. Y su elección de venir a París para reunirse con su homólogo francés, en el marco neutral de una cumbre para la producción de vacunas en África, parece una mano tendida.

Separada de sus aliados tradicionales en África occidental, Francia debe estrechar la mano tendida del joven presidente de Senegal

Francia, aislada de sus aliados tradicionales en África occidental, debe tomar esa mano. Y si no hubiera incertidumbre sobre la continuidad de su política después del 7 de julio, podríamos apostar por una renovación de los vínculos entre París y su socio africano más cercano a Costa de Marfil. Y esto en temas tan importantes como la moneda o la defensa.

Francia está particularmente dispuesta a negociar una reforma del franco CFA, esta moneda común que sirve de base para el comercio entre 14 países del oeste del continente, pero que algunos sospechan que es un instrumento poscolonial. París también se plantea reducir aún más su presencia militar en Dakar, Abiyán, Libreville y Yamena, consciente de que la presencia de estas bases, aunque reorientada hacia la cooperación con los ejércitos locales, alimenta un sentimiento antifrancés, real y sobre todo manipulado.

En este contexto, esperamos con impaciencia si el reequilibrio entre Francia y Senegal tiene éxito. Y si será un ejemplo de cómo reactivar la cooperación con todo el continente.

#Senegal

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