La Comisión Europea continúa su examen de las repercusiones jurídicas y económicas de dos sentencias dictadas por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea el 4 de octubre. El primero se refiere a la cancelación de las concesiones arancelarias aplicadas a los productos originarios del Sahara en el marco del acuerdo agrícola entre la UE y Marruecos. El segundo se refiere a la obligación de etiquetado específico para estos productos.
La decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), dictada el 4 de octubre, sigue provocando tensiones diplomáticas y económicas. Estas sentencias, relativas a la anulación de concesiones arancelarias para los productos originarios del Sahara en el marco de los acuerdos agrícolas y pesqueros UE-Marruecos, fueron rechazadas firmemente por Rabat. Sin embargo, lejos de debilitar las relaciones bilaterales, este episodio parece haber fortalecido el deseo de los Estados europeos y sus instituciones de mantener y desarrollar una asociación estratégica sólida con Marruecos.
Marruecos, que considera el Sáhara parte integrante de su territorio, ha reafirmado su rechazo categórico a estas decisiones que califica de parciales y de motivación política. Según funcionarios marroquíes, las sentencias del TJUE forman parte de una lógica de manipulación jurídica orquestada por ciertos actores europeos en connivencia con intereses hostiles a la soberanía marroquí.
El Ministerio marroquí de Asuntos Exteriores recordó que la asociación entre Marruecos y la UE se basa en bases sólidas de confianza mutua e intereses compartidos. Estas sentencias no reflejan la realidad de las relaciones Marruecos-UE y no pueden cuestionar los logros de la cooperación estratégica y multidimensional.
Sin embargo, las decisiones del TJUE también han reavivado las tensiones internas dentro de la UE. Algunos eurodiputados, en particular españoles y verdes, han criticado las concesiones agrícolas concedidas a Marruecos. La diputada española Carmen Crespo destacó las preocupaciones de los agricultores europeos, citando una pérdida de competitividad debido a la importación masiva de frutos rojos y tomates marroquíes. Por su parte, los eurodiputados verdes Martin Häusling y Cristina Guarda pidieron una renegociación de los acuerdos para garantizar el cumplimiento de los estándares europeos.
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A pesar de estas críticas, la Comisión Europea parece decidida a no ceder a las presiones. Durante una reunión de la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo, Mauro Pionelli, jefe del departamento de Vinos, Alcoholes y Productos Hortícolas, aclaró que el acuerdo de asociación con Marruecos sigue en vigor y que se evalúan todas las opciones para garantizar la continuidad de las relaciones bilaterales.
Marruecos, con su posición geográfica y su papel como centro regional, sigue siendo un socio clave para Europa, particularmente en áreas como la seguridad, la migración, la energía verde y el comercio. Para la UE, cualquier intento de cuestionar los acuerdos existentes correría el riesgo de comprometer la cooperación esencial para la estabilidad y la prosperidad de ambas orillas del Mediterráneo.
El rechazo por parte de Rabat de las sentencias del TJUE forma parte, por tanto, de una dinámica más amplia en la que el Reino afirma su autonomía estratégica al tiempo que consolida sus alianzas. La Unión Europea, consciente de las cuestiones geopolíticas y económicas, sigue favoreciendo un enfoque pragmático y constructivo.
La UE reafirma su asociación estratégica con Marruecos
En respuesta a estos fallos, los líderes de la Unión Europea, incluida la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, actuaron rápidamente para aclarar cualquier malentendido. En una declaración conjunta, subrayaron la importancia crucial de la asociación con Marruecos y reafirmaron su compromiso de preservar y fortalecer los acuerdos existentes.
“En estrecha cooperación con Marruecos, la UE tiene la firme intención de preservar y seguir fortaleciendo sus relaciones en todos los ámbitos de la asociación, de conformidad con el principio Pacta sunt servanda”, afirmaron. Esta posición constituye un acto político importante que ilustra el compromiso inquebrantable de la UE con su asociación estratégica con el Reino.
La declaración conjunta de von der Leyen y Borrell marca no sólo el apoyo explícito a Marruecos, sino también el deseo de superar los obstáculos legales y políticos para preservar una asociación ejemplar. Para el Reino, se trata de una victoria diplomática que refuerza su posición en la escena internacional, mientras que la UE encuentra un aliado fiable y estratégico en un mundo cada vez más polarizado.