Al oeste de Toulouse, se está llevando a cabo una investigación pública con vistas a valorizar una parte del corazón del barrio de Sept-Deniers: ¡adiós-siatz Géraud Delbès!
¡Adiós-siatz a Totis! Esta mañana en Qu’es Aquò os hablo de la historia de los Siete Negadores. Los aficionados al rugby y, en particular, los seguidores de los Rouge et Noir tal vez hayan olvidado que en los viejos tiempos / época de la copa, cuando no querían ver una fiesta de rugby, no iban a Ernest Wallon en ese momento sino al Seven Negadores. Les Sept-Deniers, situado en un barrio de Tolosa (¡coma los autres!), un barrio de Toulouse que ha cambiado como los demás. Además, desde Bèrta fialava (es decir, hace muchísimo tiempo, cuando “Berthe hilaba”, sagrada Berthe), no hay acomodo salvo un ermàs valiente. En otras palabras, un vasto páramo…
Pero ¿por qué este nombre: los Siete Negadores?
Pues escuchen, esta es la historia: es la historia de los Capitouls (ya saben, los primeros magistrados de la ciudad de Toulouse). Decidieron vender su derecho a pastar (el derecho a pastar), a varios habitantes de la ciudad rosa, al precio anual de 7 denarios de oro (por eso este barrio se llama los Siete Deniers). Érase una vez, el mundo de los Siete Peniques parecía extremo (¡incluso en el siglo pasado!). En el pasado, los habitantes de Sept-Deniers se sentían excluidos, aislados (¡e incluso en el siglo pasado!). Una pregunta: ¿qué es el agua?
¿Es agua?
¡Y sí! ¡Y se ve que hay gente de Set-Denièrs que se da por vencida! Algunos vecinos tienen que ir a buscar agua a una fuente (casi unos 200 metros, a vista de nas / hay una cada 200 metros, aproximadamente). Estamos en los años 50 y en aquella época aún no había suministro de agua potable en algunas calles de Sept-Deniers. Pero la historia de este barrio también está ligada a la antigua fábrica de papel de fumar Job. Ara, es un centro cultural / con hoy, el centro cultural, Espace Job: bon diluns e bona setmana / que tengas un buen lunes y que tengas una buena semana.
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