Un nuevo estudio confirma la relación entre el nivel de vida y la huella de carbono en Suiza. Cáritas publica este lunes los resultados de una investigación realizada en colaboración con la Universidad de Ciencias Aplicadas de Zúrich (ZHAW). Conclusión: la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero por hogar es proporcional a los ingresos. Si tomamos el 10% de los hogares mejor pagados, rechazan cuatro veces más que el 10% peor pagado.
La explicación es sencilla: los más ricos consumen más. Estos resultados tienen algunos matices: los hogares grandes, como las familias, causan menos emisiones per cápita que los más pequeños, y los jóvenes más que las personas mayores.
El estudio también revela que las emisiones debidas al tráfico aumentan marcadamente con los ingresos, mucho más que las vinculadas a la vivienda. “Quienes tienen más dinero toman aviones y conducen mucho más a menudo”, explica Aline Masé, de Cáritas Suiza.
En el caso de la calefacción, las diferencias son menores, sobre todo porque los ingresos altos tienen más medios para aislar sus hogares y así reducir su consumo de energía. En este contexto, Cáritas considera que sería más justo gravar más los vehículos de gasolina y diésel que el combustible de caldera. En 2020, la EPFL ya había hecho una observación similar: la huella de carbono depende más del nivel socioeconómico de la población que de su hábitat, rural o urbano.