El sábado, los representantes de las cien delegaciones presentes en la conferencia sobre Ucrania en Bürgenstock posaron para la fotografía oficial bajo un techo de nubes. El momento no pasó desapercibido para otro fotógrafo que trabajaba para el grupo de la AFP, Michael Buholzer. Esta foto de la fotografía oficial es particularmente reveladora de la escala del evento.
Una cosa es cierta: si bien la cumbre terminó con una declaración de intenciones relativamente modesta, la organización suiza de la cumbre fue impecable y algunos la han calificado de “cumbre de postal”.
En cualquier caso, esta ofensiva diplomática sin precedentes de Suiza habrá dejado su huella. “La logística funcionó, no hubo incidentes peligrosos y se evitaron conflictos abiertos entre las delegaciones”, señaló este lunes el “Neue Zürcher Zeitung”.
La prensa de habla alemana subraya unánimemente la calidad y precisión de la acogida suiza a un acontecimiento de tal magnitud con el despliegue de 4.000 soldados del ejército suizo.
Las únicas quejas provienen de algunos representantes de la UDC que denuncian una conferencia inútil y costosa. “La montaña ha dado a luz a un ratón”, declara Pierre-André Page en “Le Temps”. Los tres puntos adoptados por los participantes (seguridad alimentaria, seguridad nuclear, niños deportados y prisioneros) son evidentes. No era necesario pedir millones a los contribuyentes para organizar esta cumbre.
