“Nuestra bolsa de la compra es cada vez más pequeña”, en Dordoña, el coste de la vida pesa sobre los hogares

“Nuestra bolsa de la compra es cada vez más pequeña”, en Dordoña, el coste de la vida pesa sobre los hogares
“Nuestra bolsa de la compra es cada vez más pequeña”, en Dordoña, el coste de la vida pesa sobre los hogares
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En plenas elecciones legislativas, el poder adquisitivo es una de las principales preocupaciones de los franceses. Gasolina, electricidad, mientras el coste de la vida pesa mucho sobre muchos hogares, la inflación sigue su curso: un aumento del 2,3% desde el año pasado, según las últimas cifras del INSEE. En Dordoña, la inflación se nota en los carritos de los residentes del Périgord.

En el aparcamiento de una tienda de descuento de Excideuil, los rostros son grises. Edith se apresura, empujando su carrito para regresar a su auto. “Trabajamos felices, ¡pero me pregunto cómo la gente puede comer bien!” Esta cuidadora gana menos de 2.000 euros al mes y aunque su pareja trabaja, es sólo para alimentar a una familia. Su carrito está lleno, muchas conservas y submarcas. “Lo cual no es muy bueno para la salud, es barato… Entonces comer, sí se puede, pero bueno, no es posible”. Su chico es independiente. “Y para él también es complicado”afirma esta madre que dice hacer lo que puede por sus hijos.

“Sólo cambiamos la afeitadora desechable una vez por semana”

Bernard y Cécile guardaron la compra en el baúl. Incluso con una jubilación que consideran adecuada, hacen una mueca al sacar el recibo. “Por ejemplo, con 80 euros nuestra bolsa de la compra se hace cada vez más pequeña”. Así que para amortiguar, la pareja se salta ciertos productos en la sección de higiene. “Menos cosas superfluas, vamos a lo esencial”, Cecile está de acuerdo. “Por ejemplo, solo cambiamos la maquinilla de afeitar desechable una vez a la semana en lugar de cada tres días. Mientras corte, corte”. su marido dimite.

Menos carne y pescado

Menos carne, menos pescado, placeres restringidos, que se echan mucho de menos También a Isabel. “Me encanta el pescado, pero también me privo de las marcas”. Trabaja en el sector agrícola, entorno en el que “Contamos todo el tiempo. Podemos ganar 1.500 euros, como 500 euros, todo depende de lo que gastemos en el mes, se hace pesado”. La Périgourdine se arregla el chaleco sin mangas, baja la cabeza y luego suspira. “Así es como es, no hay elección”.

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