Sexta de Mahler | todo por la musica

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Se agotaron las entradas para el concierto de clausura de la Orquesta Métropolitain (OM) el domingo por la tarde en la Casa Sinfónica. Mucho mejor, porque es el tipo de concierto al que sólo asistes unas pocas veces en tu vida.


Publicado a las 22:58

A diferencia de la Orquesta Sinfónica de Montreal, la formación de Yannick Nézet-Séguin, complementada con numerosos supernumerarios al final de la temporada, ha descuidado un poco las sinfonías de Mahler desde la pandemia. Ella regresó con el sinfonía sustantivo, femenino—oh 6 en la menorque no es necesariamente el más accesible para el público, en particular por su clima de tragedia intransigente.

El director de orquesta quebequense, muy conocedor del lenguaje del compositor austriaco, grabó sus sinfonías enhueso 4 y 10 con OM (así como nhueso 1 y 8 en Múnich y Filadelfia).

Precediendo al Sextoel corto, pero denso a la p, del quebequense José Evangelista, fallecido en enero de 2023, corazones y oídos predispuestos para la sinfonía, directamente vinculada. Inspirada en el gamelán balinés, la obra está entrecruzada con ostinatos que se enrollan en un laberinto de disonancias con múltiples reflejos. Hermoso.

La continuidad de este concierto, concebido como un todo de principio a fin, fue destacada por el director, que silenció ágilmente los aplausos que surgieron al final del primer movimiento de Mahler.

Esta parte llamó la atención por su tempo decidido, más propio de Bernstein o Solti que de Barbirolli, por ejemplo. Estamos hablando de un Allegro energético, después de todo (incluso si Mahler añade “ma non troppo”).

Lo fabuloso de Nézet-Séguin es que la exposición aparece bajo una nueva luz cuando se reanuda. El segundo tema (el tema de Alma), tocado con un sonido de cuerda que te haría llorar, de repente es más relajado. ELcherzo está hecho con un poco el mismo espíritu, con un trío muy sonriente.

En lamoderaciónel director opta esta vez más por el segundo término (“moderado”) que por el primero (“ir”), lo que nos regala un movimiento ingrávido, con un color irreal de las cuerdas al principio, como un murmullo lejano, pero muy aquí.

FOTO JOSIE DESMARAIS, LA PRENSA

El martillo utilizado en el final del Sexto

El último movimiento fue una síntesis de todas las cualidades anteriores, con dos martillazos muy impactantes, como debe ser (el director también había mostrado el instrumento fabricado para la ocasión al inicio del concierto).

El acuerdo fortísimo que aparece sin previo aviso al final, incluso hizo gemir a un niño en el balcón, que probablemente se había quedado dormido (!), terminando la obra a medias.

La comparación con el Sexto de Mahler de Rafael Payare el próximo mes de enero en la OSM será sin duda fascinante.

La directora general de la orquesta, Fabienne Voisin, anunció muchas novedades al inicio del concierto, en particular la jubilación del violinista Alain Giguère y del contrabajista Réal Montminy, pero también los nombres de los ganadores del concurso Omni, organizado por OM. , incluido el trombonista Éli Turmel entre los de mayor edad (15-17 años).

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