Par
Manon Le Yan
Publicado el
22 de noviembre de 2024 a las 4:36 p.m.
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“Vamos a tener que vivir con las ventanas cerradas, ya no recibo nadie de marzo a noviembre. Lástima para nosotros, tendremos una barbacoa dentro”, declara Valérie Wilmot, vecina de Compainville, localidad vecina de Gaillefontaine (Sena Marítimo).
“Mi casa está en una colina, justo enfrente del circuito de motocross”.
Este es el objeto de la discordiala apertura de la circuito de motocross. Preocupado por las repercusiones de esto último, un colectivo de residentes fue creado para contrarrestar su autorización.
Una petición lanzada
Al mismo tiempo, un petición contra la autorización del nuevo circuito de motocross nació.
El colectivo deplora molestias generado por el motos lo que probablemente obstaculizaría la tranquilidad residentes y dañaría laambiente.
“Se vaciará la residencia de ancianos, los que tienen una segunda residencia ya no vendrán, esto se aplica a las casas rurales, a las habitaciones de huéspedes…”, estima Valérie Wilmot, miembro del colectivo.
“Si bien nos alientan a comprar coches eléctricos, este proyecto va en contra de lo que hoy se nos pide en términos de descarbonización y esfuerzos a favor del medio ambiente”.
“Quieren abrirse camino a la fuerza”
Abandonado durante más de 20 años, el circuito horno de cal estaba cubierto de vegetación. Luego, la asociación de motocross Gaillefontaine (AMC) lo restauró.
“Todo había cambiado y llegaron con toros, arrancando árboles y setos. Potencialmente, hay destrucción del hábitat protegido. Aplastaron todo en la mayor ilegalidad. Aquí estamos hoy”, protesta Frédéric Blanquart, miembro del colectivo.
Alertamos a los servicios estatales. Esto es lo que dio origen a la creación de este colectivo porque está harto de todo eso.
“El consejo municipal votó a favor de un horario de apertura completamente diferente al de hace 20 años. Había competiciones dos o tres veces al año. Mientras que aquí es todos los viernes, sábados y domingos del año. La CMA dice que tomaron en cuenta la vecindario y que se tomarán un descanso de 15 días en verano y de una hora a la hora del almuerzo los fines de semana para la tranquilidad del barrio”, informa Valérie Wilmot.
“Si queremos sacar el cortacésped a las 14:00 horas, no tenemos derecho. Por otro lado, andar en moto todo el fin de semana es normal. No estamos ni a 1 km del centro del pueblo. En caso de accidente, el combustible corre el riesgo de derramarse en Béthune. Por no hablar del aparcamiento con todos los coches que aparcarán allí y las goteras que eso conlleva”, lamenta Frédéric Blanquart.
“¿Cómo y dónde limpiarán sus motos después de las carreras? ¿Cómo van a hacer con los baños? Hay muchos preguntas que se quedan sin respuesta », pregunta Valérie Wilmot.
Falta de diálogo
A pesar de todas estas preguntas, el colectivo admite no haber contactado con la AMC, como confirmó uno de sus miembros, Mélanie Larchevêque.
Nadie nunca se ha puesto en contacto con nosotros. Sin embargo, nuestro número es accesible, estamos en comunicación y abiertos a la discusión.
“Es su bien tener ideas e intercambiar ideas. siempre habrá gente derramar y contranuestro proyecto”, continúa Mélanie Larchevêque.
“La gente nos dice que traerá vida al pueblo, pero si se detuvo hace 20 años, es por una buena razón”, piensa Frédéric Blanquart.
Jean-Pierre Henry, alcalde de Gaillefontaine, contactado, explica: “Queremos que todo funcione y eso es todo. Se han hecho estudios para.
El sábado 30 de noviembre a las 10:30 horas, el colectivo organiza una reunión de información pública abierta a todos en el espacio social Gaillefontaine.
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