La aerolínea de bajo coste Ryanair ha lanzado una advertencia al gobierno, amenazando con reducir a la mitad su actividad en los aeropuertos regionales a partir de enero de 2025. La medida se está considerando si se mantienen los planes de triplicar el impuesto de solidaridad sobre los billetes de avión, incluido en el presupuesto de 2025.
Aeropuertos regionales en crisis
Este aumento, también conocido como “impuesto Chirac”, tiene como objetivo recaudar mil millones de euros para reducir el déficit público. Pero para Ryanair, representa una amenaza para la viabilidad económica de muchas rutas en Francia.
Jason McGuinness, director comercial de la empresa, dijo: “ Si el gobierno persiste en su plan, muchas carreteras quedarán inviables. En cambio, nuestros aviones irán a países sin impuestos o con impuestos más bajos. » Entre estos destinos alternativos citó España, Polonia e incluso Suecia, donde se abrirán nuevas líneas en el verano de 2025.
Ryanair, que actualmente presta servicios en 22 aeropuertos franceses, no especificó cuáles se verían afectados por la reducción de su tráfico. Sin embargo, varias ciudades como Limoges, Carcassonne y Perpignan, donde la empresa suele ser el único operador, podrían perder su conexión internacional. Estos aeropuertos, ya debilitados, corren el riesgo de sufrir un impacto económico importante.
El enfrentamiento entre Ryanair y el gobierno
Según la Federación Nacional de la Aviación y sus Oficios (Fnam), el aumento del impuesto podría provocar una caída del tráfico del 2% en promedio en todo el país. Pero en los aeropuertos donde los clientes son particularmente sensibles a los precios, particularmente aquellos atendidos por aerolíneas de bajo costo, esta caída podría ser mucho más marcada.
Para Ryanair, el atractivo de los aeropuertos franceses podría verse sustituido por bases en otros países, como Italia o Hungría. Por ejemplo, la empresa ya tiene previsto reforzar su presencia en Trieste, en el Véneto o incluso en Wroclaw (Polonia). Una política que contrasta con la situación actual de algunos aeropuertos franceses, que dependen en gran medida de Ryanair para atraer turistas y mantener la actividad económica local.
No es la primera vez que Ryanair se opone a una subida de impuestos. A principios de noviembre, Michael O’Leary, director general de la empresa, ya había denunciado los proyectos fiscales de Francia y Alemania. Al igual que otras compañías como Air France-KLM, Ryanair ha confirmado que repercutirá el aumento de impuestos en el precio de los billetes. La decisión final del gobierno, prevista para la aprobación del presupuesto en diciembre, podría sellar el destino de varias compañías aéreas regionales.
Y tú, ¿qué opinas?
¿Deberíamos priorizar la lucha contra el déficit público, aunque eso signifique debilitar los aeropuertos regionales, o deberíamos repensar este impuesto para evitar un éxodo de empresas de bajo coste al extranjero? ¿Ryanair está fanfarroneando para preservar sus márgenes o el gobierno está subestimando el impacto de esta decisión? Tu opinión cuenta: ¡vamos a debatirla!