Pollo transgénico, carne de vacuno con crecimiento XXL y carne a un precio tan ahumado como una barbacoa… El próximo acuerdo con Mercosur, debatido más que nunca en la Unión Europea, está provocando la ira de los agricultores franceses. Estos últimos denuncian una “competencia desleal” con precios imposibles de alcanzar en Europa, así como normas mucho menos estrictas para los productos.
Pero más allá de esta espinosa cuestión, este futuro acuerdo presenta muchas ventajas para la UE y, por extensión, para Francia. Es hora de un pequeño recordatorio geográfico-económico: Mercosur, abreviatura de “mercado común del Sur” (Mercado Comun del Sur), reúne a seis países: Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia. Es decir una superficie comercial de 280 millones de consumidores. Un mercado actualmente protegido por derechos de aduana que no son muy acogedores: el 35 % para los automóviles, hasta el 30 % para el vino, el champán y el coñac, del 14 al 20 % para las máquinas, el 18 % para los productos químicos.
Una Europa ofensiva en muchos sectores
“El acuerdo reduciría los derechos de aduana en un 90% entre el Mercosur y los países de la Unión Europea”, explica Bernard Keppenne, director económico de CBC Banque. “Habría muchos sectores potencialmente ganadores, en los que Europa tiene una posición ofensiva, como el automóvil y la industria”, continúa Charlotte Emlinger, economista especializada en política comercial en el Centro de Estudios Prospectivos e Información Internacional (CEPII). Por lo tanto, el acuerdo Mercosur es a veces caricaturizado como “carne para automóviles”.
“La cuestión es aún más importante para Europa después de la elección de Donald Trump”, señala Bernard Keppenne. De hecho, el futuro presidente americano ha indicado que quiere aumentar drásticamente los derechos de aduana estadounidenses, complicando mucho las exportaciones europeas. Bueno, pero no nos engañemos, los coches los exportan principalmente los alemanes. Entonces, ¿qué ganaríamos nosotros, los franceses? El acuerdo Mercosur podría aliviar notablemente a los sectores del vino y del queso. “Es probable que estas zonas sufran las exportaciones con aduanas en Estados Unidos y podrían recuperarse al otro lado del ecuador”, apoya Charlotte Emlinger. Mismo escenario para el lujo o el farmacéutico, dos sectores cada vez más demandados en América Latina con el desarrollo de la clase media allí.
Raro superávit comercial
Sobre todo porque Europa hoy tiene una balanza comercial favorable con Estados Unidos: exporta más productos de los que importa. “El acuerdo en sí está bastante desequilibrado a favor de la Unión Europea. Tiene derechos de aduana más bajos, por lo que el impacto será menor, y podrá exportar productos con un valor mucho mayor”, estima Bernard Keppenne.
Lo mismo ocurre con Francia, que, sin embargo, tiene un déficit comercial global muy significativo (-99.600 millones de euros en 2023), pero un superávit comercial con América Latina, lo suficientemente raro como para subrayarlo.
Actualmente, París no está explotando mucho este mercado en auge. Así, Brasil, un país en crecimiento de 210 millones de habitantes, con una demanda creciente, es sólo nuestro cliente número 27 y representa sólo el 0,733% de nuestras exportaciones. Aun así, la reducción de los derechos aduaneros tendrá un efecto limitado. “Se trata de un ámbito comercial muy lejano y esta apertura del mercado seguirá siendo insuficiente para cubrir nuestro déficit comercial”, precisa el especialista.
“Buenas noticias para los consumidores”
Otro elemento a tener en cuenta: en América del Sur, el Viejo Continente está siendo completamente robado por China, que ya firmó su propio acuerdo de libre comercio hace dos años. En 2024, los países del Mercosur importaron más de 63 mil millones de dólares en bienes de China, en comparación con 45 mil millones de dólares de productos europeos.
Por último, el último dato clave: más que pollo con estrógenos y carne de vacuno a precios de saldo, el acuerdo debería facilitar la importación a Europa de materiales estratégicos como el cobre y el litio, esenciales para las baterías. Charlotte Emlinger concluye: “Esto sin duda será una buena noticia para los consumidores de ambas zonas comerciales, con precios más bajos. »