Mucha gente busca significado, ya sea en su vida profesional o personal. Y mientras algunos se detienen ante esta observación, Aline Dornier decidió dejarlo todo a un lado en 2019. Fue entonces cuando germinó en su mente lo que se convertiría en la empresa Chouette Ethique: un servicio que une a los consumidores con los productores locales. “Fue después de dejar mi trabajo en marketing, en el que ya no florecía, que hice un pacto conmigo mismo, el de hacer sólo cosas que tuvieran significado para mí”, recuerda Aline.
Madre de tres hijos, el punto de partida de este negocio fue sobre todo ir más despacio. “Vivimos a mil millas por hora y como madre trabajadora, me sentía frustrada por no poder hacer lo que me pedían y así liberé tiempo al dejar de empujar un carrito durante dos horas a la semana. »
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Regresar a un estilo de vida eco-responsable
Y en 2021 se lanzará la máquina, aunque la ética de Owl ha sufrido algunos cambios desde entonces. “Al principio, comencé entregando gente al por mayor, pero eso no tenía mucho sentido. Entonces, en lugar de eso, me propuse simplificar el acceso de los consumidores a los productos locales. »
El principio es sencillo, sólo tienes que enviar tu lista de compras a principios de semana, “y yo me encargo del resto”. Un método eco-responsable en muchos sentidos. “Para las personas a las que entrego, comparto los viajes viajando con varios clientes. Este sistema también evita mucho desperdicio de alimentos, ya que hago un pedido preciso y para los productores reducimos drásticamente los envases”, enumera el empresario para quien el enfoque ecológico es el centro del proyecto.
“No podía ser sólo un espectador”
Con el deseo de ir aún más lejos, Aline Dornier llega incluso a establecer relaciones con niños autistas para incluirlos en su sociedad. “No podía simplemente ser un espectador de sus retos diarios sin hacer nada, quería tenerlos en cuenta”, explica este último, que presentará así a estos niños a los productores.
“Un apicultor apasionado, solo hará el 40% de su pasión ya que el resto será vender, enmacetar y empaquetar. Sin embargo, tenemos una población de personas que prosperan haciendo cosas codificadas y repetitivas, más o menos complejas”, indica este director de empresa que se alegra de ver cómo se crean vínculos, en particular entre una joven autista y un productor de azafrán: “A partir de ahí mi trabajo está hecho”.
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