Después de los viticultores hace un tiempo, le llega el turno a los productores de olivos dibujar las primeras líneas de su informe de temporada. Si también para ellos la cosecha tuvo que enfrentarse a un clima muy lluvioso, a la fruta y a los árboles les fue un poco mejor.
Se trata de un producto más resistente y más arraigado en su territorio.
Temporada de aceituna 2024: un año corto
En Estézargues, en la finca Pierredonen realidad observamos un “año pequeño”. Pero nada alarmante, porque los amantes de las aceitunas lo saben, el producto cumple con lo que llamamos la alternancialo que significa que, salvo raras desviaciones, un año de cada dos es siempre más débil para los productores (un ratio entre un 40 y un 50 % menos de media).
“Lo que vemos sobre todo es que ante esta situación excepcionalmente lluviosoobtenemos un producto encharcado, más pesado, pero cuya calidad no se ha visto especialmente alterada. Estamos haciendo un poco menos, pero todavía está bien. En mi finca estoy incluso bastante satisfecho con la cosecha: debería llegar a 12 o 13 litros por 100 kg. En cuanto a aromas, pocas alteraciones, la calidad está presente.“, comentarios Gilles GranierResponsable de zona.
Un producto “más seguro” según los profesionales
Además, si el productor quiere estar tranquilo sobre la propia cosecha, también destaca la brecha que se amplía con sus compañeros viticultores en torno a un tema nacional: consumo.
“De momento, la aceituna es un producto un poco más resguardado. El aceite DOP sigue siendo un placer, un producto más especializado, ya de por sí caro, sobre el que obtenemos un pequeño margen. Allí hay una estabilidad frente a la inflación que otros no tienen. Los olivos trabajan la tierra desde hace cientos de años.“, comenta el productor esta vez como presidente del Sindicato de denominaciones de origen protegidas de aceitunas y aceite de oliva de Nimes.
Finalmente, incluso en lo que respecta a la climael olivo parece tener ventaja. “Nuestros árboles no tienen miedo de convertirse en la nueva Andalucía, incluso les beneficiaría siempre que no se queme. El cambio climático, aunque muy real, afectará menos a nuestra producción que a la de otros frutos. Uzègeen el Gard, la verdadera pregunta que hay que plantearse gira en torno a las vides. Cómo reactivar el consumo de vino en un mundo cada vez menos proclive a comprar (inflación, Difícil exportación con Estados Unidos.estilo de vida…)? Y además, ¿cómo podemos adaptar los cultivos a este clima cada vez más cálido?”.critica el presidente, que también admite que se ve obligado a plantearse la posibilidad de arrancar dos de sus hectáreas de viñedos para sustituirlas por olivos.
“Adaptar, una y otra vez. Esta es la palabra clave de nuestra profesión”concluye.