La ira vuelve a rugir. Los agricultores están listos para salir a las calles nuevamente, todos los sindicatos incluidos. ¿Cómo ve esta crisis?
El contexto general no es bueno: los peligros climáticos se suceden con heladas, sequías y excesos de precipitaciones, lo que ha resultado en un año muy penalizador. A esto se suman los riesgos para la salud, como MHE, FCO para el ganado. Todo esto pesa sobre las finanzas agrícolas. Para los cultivos principales, 2024 representa la cosecha de cereales más baja jamás registrada. En viticultura, el malestar es estructural, con una caída del consumo, y sumo el sector de la avellana que está sufriendo mucho. Todos estos elementos sugieren que la situación se ha deteriorado significativamente.
¿Qué soluciones piensa para frenar esta crisis?
El problema sigue siendo la cuestión de los ingresos. Los agricultores tienen dificultades para ganarse la vida con la venta de sus productos. Hoy hay una ausencia, una falta de dignidad en el ejercicio de esta profesión. Lo que conduce al malestar psicológico y social. Necesitamos dar más claridad a la agricultura. Hay que preguntarse: ¿qué esperamos de ella? Debemos restaurar la esperanza.
¿Cómo se traduce este malestar financiero en MSA?
Hemos estado viendo esto desde hace varios meses, con un aumento en la tasa de deudas pendientes. La tasa de recaudación [les insuffisances de paiement, NDLR] mejorado en dos puntos. Los agricultores tienen cada vez más dificultades para pagar sus contribuciones. Por eso proponemos un plan nacional de apoyo para que los agricultores vuelvan a la normalidad. Quiero que la MSA sea un amortiguador de crisis. MSA debe ser la solución, no el problema.
¿Qué hace entonces la MSA para ayudar a estos agricultores que se encuentran en dificultades financieras y, a menudo, psicológicas?
Disponemos de varios dispositivos. Existe un plan de pagos, que permite repartir las aportaciones. Invito a cualquier agricultor a contactarnos para que podamos mirar juntos las condiciones de pago para ayudarlos a financiarlas. A nivel nacional, tenemos entonces una dotación de 30 millones de euros dedicada a cubrir las aportaciones. Aquí, en Dordoña y en Lot y Garona, hemos identificado los sectores en dificultad. En total, 1.700 agricultores presentaron una solicitud de apoyo. Se repartirán 1,5 millones de euros para ayudarles a ponerse al día. También ofrecemos apoyo en el contexto de atención psicosocial, asistencia de respiro para quienes necesitan alejarse de sus fincas por un tiempo con su familia. Nos encargamos del servicio de reposición. Finalmente, ofrecemos asistencia administrativa, para quienes caen en este deambular administrativo.
Algunos sindicatos piden una reducción total de las cotizaciones. ¿Es esto posible?
Hoy estamos trabajando en una reforma de las bases de cotización, que pueden reducirse, pero que están ligadas al funcionamiento de la Seguridad Social. No lo olvidemos: 1 euro de aportación significa 3 o 4 euros donados. El resto lo compone la solidaridad nacional.
Se espera que el martes el MSA vuelva a ser objeto de protestas. ¿Cómo experimentan los agentes estas acciones?
No es muy experimentado, pero ese no es el punto. Hoy nuestro verdadero objetivo es escuchar y apoyar. En MSA la mano siempre estará extendida, la puerta siempre estará abierta.
Jean-François Fruttero es presidente de la Mutualité sociale agricole de Dordogne et de Lot-et-Garonne. También es presidente del fondo central MSA desde hace un mes.