Esta primera reducción del tipo de interés se produce después de diez años consecutivos de subidas, que comenzaron en marzo de 2022, que provocaron que el tipo oficial del banco central alcanzara un máximo del 5% a finales de 2023, y que se mantuvo en este nivel desde entonces.
Las sucesivas subidas de tipos de interés decididas por el Banco de Canadá, como la mayoría de los bancos centrales de los países industrializados, tenían como objetivo frenar la inflación. Estos aumentos tuvieron el efecto de desacelerar el dinamismo de la economía canadiense, al tiempo que encarecieron mucho la adquisición de viviendas.
El Banco de Canadá está haciendo este cambio mientras el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se sitúa en el 2,7% en abril.
El banco central cree que la inflación seguirá avanzando hacia su objetivo del 2%.
En términos más generales, este primer paso del Banco de Canadá podría ir seguido de otros recortes por parte de otros bancos centrales de los países industrializados. Hay muchas expectativas en torno a que el Banco Central Europeo (BCE) siga el camino y comience a bajar su tasa clave.
Esta flexibilización de las políticas monetarias podría tener consecuencias en los mercados financieros, al impactar el rendimiento y el precio de los bonos. Los mercados de valores también deberían verse afectados, ya que el coste del dinero se abarata y las empresas podrían revitalizar sus políticas de inversión.
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