“Relentidad” contra Marine Le Pen y “ataque a la democracia”: las requisas de la fiscalía en el juicio a los asistentes parlamentarios de RN provocaron el miércoles una ola de protestas en la derecha del espectro político, incluido el exministro del Interior Gérald Darmanin.
La líder de la Agrupación Nacional, tres veces candidata presidencial (2012, 2017 y 2022), ve en el llamamiento a su inelegibilidad una intención de frenar su ascenso político.
“Lo único que interesaba a la fiscalía era Marine Le Pen para poder pedir su exclusión de la vida política (…) y luego la Agrupación Nacional para poder arruinar el partido”, afirmó el jefe de los diputados de RN en la reunión. Fin de las requisiciones.
Dos años y medio antes de las elecciones presidenciales de 2027, el parque manifiesta “un deseo de privar a los franceses de la posibilidad de votar por quien quieran”, afirmó.
La fiscalía pidió cinco años de prisión, dos de ellos, una multa de 300.000 euros y cinco años de inhabilitación para Marine Le Pen, al considerarla en el “centro” de un “sistema organizado” destinado a hacer del Parlamento Europeo la “vaca lechera” de la RN. Si el tribunal sigue la acusación, la pena de inelegibilidad, acompañada de la ejecución provisional, sería aplicable desde la condena, incluso en caso de apelación.
“La acusación no es por la justicia: es por la implacabilidad y la venganza contra Marine Le Pen”, añade el presidente de la RN, Jordan Bardella, en la red social para privar a millones de franceses del voto en 2027. Se trata de un ataque sobre la democracia”, insistió.
Este jueves por la mañana en BFMTV, el vicepresidente y diputado del partido, Sébastien Chenu, denunció las requisas “sin matices”, “escandalosas” y “bastante indignas”. “El objetivo no reconocido es eliminar a Marine Le Pen de la vida política”, declaró. Para él, la fiscalía está “al servicio de una misión política”.
“En las encuestas”
Al igual que el presidente del partido, muchos cargos electos de RN han publicado fotografías de ellos mismos con Marine Le Pen en X bajo el hashtag #JeSoutiensMarine. La misma indignación entre los demás componentes de la derecha nacionalista y de la extrema derecha francesa.
“No se debe volver a confiscar a los votantes el rumbo de la democracia francesa”, lanzó Éric Ciotti, evocando el precedente de François Fillon, que tuvo que renunciar a su candidatura a la presidencia en 2017 por sospecha de un empleo ficticio de su matrimonio.
“El destino democrático de nuestra nación debe decidirse en las urnas y no en tribunales politizados”, insistió el ex presidente de los republicanos que se unió al bando de Marine Le Pen en junio.
Gérald Darmanin, una rara voz fuera del ámbito de la extrema derecha que se pronuncia, también consideró que “la lucha contra Madame Le Pen se hace en las urnas, no en otro lugar”. “Si el tribunal juzga que debe ser condenada, no puede serlo electoralmente, sin la expresión del Pueblo”, declaró en EL élites y la gran mayoría de nuestros conciudadanos”.
Una posición abiertamente criticada por el jefe del Partido Socialista, Olivier Faure, que la ve como un “gran guiño embarazoso de alguien que pretende tener lástima de aquel cuyo electorado sueña recuperar” y denuncia una “gran violación del principio de separación de poderes”. .
“¡Qué escándalo!” Marine Le Pen debe poder presentarse a las elecciones presidenciales”, argumentó Sarah Knafo, eurodiputada del partido Zemmourist Reconquête, y el soberanista Nicolas Dupont-Aignan también ve el deseo de “amordazar al pueblo francés”.
Interrogado este jueves por la mañana en CNews, el ministro de Justicia, Didier Migaud, insistió en que no tenía “ningún derecho a expresarse sobre los casos actuales”. “Debo garantizar la independencia del poder judicial”, declaró, afirmando que “la justicia es totalmente independiente”. “La justicia no se hace en un televisor. »