El Sáhara marroquí se ha convertido en los últimos días en la “Meca” de las grandes potencias, que se han apresurado a consolidar sus raíces en las Provincias del Sur y a reafirmar su apoyo al carácter marroquí del Sáhara.
Esta avalancha diplomática hacia las Provincias del Sur augura la proximidad del epílogo de este conflicto artificial, como precisó el Rey Mohammed VI en el discurso que pronunció con motivo del aniversario de la Marcha Verde, relevo Al Ahdath Al Maghribia este jueves 14 de noviembre.
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca es un catalizador para cerrar definitivamente este expediente, porque la oportunidad de tomar el tren del reconocimiento de la marroquidad del Sáhara no durará más de dos meses, antes de que tome las riendas de Estados Unidos. .
Todo el mundo espera que el nuevo ex presidente complete los trámites para la apertura de un consulado en Dajla, como había prometido cuando reconoció la soberanía de Marruecos sobre su Sáhara en diciembre de 2020.
La posición de los Estados Unidos fue seguida por Francia, que reconoció que el plan de autonomía marroquí constituía la única base para alcanzar una solución política.
Un reconocimiento definitivamente consagrado por la histórica visita del presidente Emmanuel Macron a Marruecos, materializada por el igualmente histórico viaje del embajador de Francia en Marruecos a las Provincias del Sur.
Paralelamente a la evolución de la posición francesa, España intenta seguir su ejemplo, sabiendo que el Ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, el pasado lunes 11 de noviembre, subrayó la importancia de reforzar los vínculos culturales entre Marruecos y España, calificando al Reino de “socio estratégico” y “país amigable».
El diario español”Objetivo» indicó que el regreso de Donald Trump y el cumplimiento de sus promesas sería una oportunidad propicia para inaugurar una sucursal del Instituto Cervantes en el Sáhara marroquí.
Además, el director de este instituto declaró en mayo de 2022 que su país tenía la intención de ampliar sus centros en Marruecos, para abarcar el Sahara, mediante la apertura de una antena en El Aaiún.
Paralelamente a estos acontecimientos, la diplomacia marroquí amplía constantemente su campo de acción, con el fin de aumentar el número de decisiones para reconocer el carácter marroquí del Sáhara, esta vez dirigidas al aliado ruso.
Varias señales sugieren que Rusia está cerca de tomar una decisión crucial, en el sentido de apoyar el plan de autonomía marroquí, empezando por el encuentro muy amistoso que tuvo lugar al margen del Foro Rusia-África que se celebra en Sochi, entre Nasser Bourita y el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov.
Un Foro donde Argelia sufrió un nuevo revés, cuando Rusia derrotó todos los intentos de Argelia para que el Polisario pudiera participar en este foro.
Y como para confirmar esta evolución, el asesor del presidente ruso, Antón Kopiakov, reveló que su país se estaba preparando para crear zonas de libre comercio con cuatro países árabes, entre ellos Marruecos.
Además, Rabat y Moscú, prosiguió, están negociando un nuevo acuerdo de pesca, que podría abarcar las costas atlánticas, incluidas las de las Provincias del Sur.
Ante esta evolución de las grandes potencias mundiales, Gran Bretaña no permanece aislada, porque es muy probable que Londres se una a Washington inmediatamente después de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca en enero de 2025.
De hecho, en los últimos días se han alzado varias voces británicas para exigir que su país reconozca el carácter marroquí del Sáhara, justo después de la posición de París.
Ante esta dinámica debidamente reconocida por la ONU, China podría sumarse a los dos países miembros permanentes del Consejo de Seguridad (Francia y Estados Unidos), sobre todo porque Beijing y Rabat tienen muchas cuestiones de interés común, entre las que encontramos similitudes entre el gobierno marroquí El asunto del Sahara y la isla de Taiwán, una cuestión crucial para este país.
Par Hassan Benadad
13/11/2024 a las 19:15