En España, el regreso de la ola de frío hace temer nuevas inundaciones – Libération

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En España, el regreso de la ola de frío hace temer nuevas inundaciones – Libération
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Si bien se espera que una nueva depresión azote el país esta semana, varias regiones, incluida Valencia, han sido puestas en alerta naranja.

El trauma sigue ahí y el miedo a represalias va en aumento. Este martes 12 de noviembre, en los sitios de los principales medios españoles se habla con preocupación del regreso de “dana”. Acrónimo de “depresión aislada de gran altitud”, también llamado fenómeno de la gota fría, la dana es el fenómeno meteorológico responsable de las lluvias torrenciales que cayeron sobre la Comunidad Valenciana a finales de octubre y que provocaron inundaciones repentinas y mortales. A principios de semana debería llegar a España un nuevo episodio de Dana. La Aemet, la Agencia Nacional de Meteorología, puso parte de las comunidades autónomas de Valencia, Baleares y Cataluña en alerta naranja por fuertes lluvias el martes, miércoles y jueves, lo que hizo temer un retorno de las inundaciones. Cortada en dos por un alud de tierra cerca de Almería, en el sur del país, la autopista A-7 sufrió el lunes sus consecuencias.

En Valencia y localidades aledañas se espera que el peor momento del mal tiempo se produzca el miércoles. Según Aemet, en algunas zonas podrían caer hasta 120 mm de lluvia en un plazo de doce horas. Lo suficiente como para temer una nueva catástrofe, mientras muchos municipios todavía sufren las cicatrices de la repentina subida del nivel del agua el 29 de octubre. Aunque el transporte público -autobuses y trenes- debería haber reanudado esta semana casi todas las conexiones entre Valencia y el resto de España, la situación aún no se ha normalizado. En el lugar, miles de voluntarios, soldados, policías y rescatistas siguen trabajando arduamente reparando infraestructuras, distribuyendo ayuda y buscando a los últimos desaparecidos. Las autoridades aún no tienen noticias de una veintena de personas (las esperanzas de encontrarlas con vida son casi nulas), mientras que 222 personas murieron en las inundaciones, según el último informe publicado por el gobierno.

También quedan restos de barro en algunas zonas, marcas marrones que, a pesar de la limpieza, todavía se pegan a la carretera y a las paredes, y en el aire flota un olor nauseabundo, que los vecinos describen como parecido a “el huevo podrido” o “azufre”. Y “No se ha detectado ningún brote relacionado con inundaciones” Según el Ministro de Salud, varios voluntarios se quejaron de migrañas y mareos después de respirar estos olores durante demasiado tiempo. Se ha implementado un protocolo de seguimiento para “prevenir infecciones y enfermedades transmitidas por agentes que se encuentran en el barro y el agua estancada”. Además, las autoridades sanitarias de la provincia de Valencia dicen prestar especial atención al riesgo de proliferación de mosquitos y piden a los ayuntamientos que adopten medidas para prevenirlos.

Unos cincuenta soldados y bomberos franceses enviados

Para ayudar al personal movilizado desde hace dos semanas, España pidió el lunes por la noche la solidaridad europea; hasta ahora no había respondido a las propuestas de algunos países de enviar refuerzos. “En el marco del mecanismo europeo de protección civil, cuarenta socorristas de formaciones militares de seguridad civil y una decena de bomberos territoriales intervendrán en las próximas horas para ayudar a la población más afectada”anunció inmediatamente en X Bruno Retailleau.

La Comunidad Valenciana también recibió este martes la llegada del rey Felipe VI, que visitó a los militares desplegados allí. La última visita del soberano, junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y al jefe de Gobierno regional, Carlos Mazón, fue explosiva: los tres hombres fueron objeto de insultos y lanzamientos de barro por parte de víctimas exasperadas por la falta de respuesta de las autoridades durante la catástrofe. Mazón, abogado de 50 años y figura del Partido Popular (derecha), está acusado de haber tardado en reaccionar pese a que Aemet había emitido una alerta roja la mañana del 29 de octubre. El sábado 9 de noviembre, 130.000 personas se reunieron en las calles de Valencia para pedir su dimisión.

El lunes, Pedro Sánchez pidió a la población tener paciencia. “Más adelante, el debate político se centrará en cosas a mejorar ante esta emergencia climática y, sin duda, ante la asunción de responsabilidades políticas que, por supuesto, habrá que justificar”declaró el Primer Ministro, pidiendo medidas para “escuchar la ciencia” y a “fortalecer los servicios públicos” traer “una respuesta eficaz a los desastres naturales” – un ataque a Mazón, acusado de escéptico climático. El presidente del Gobierno del PSOE anunció también un plan de 110 nuevas medidas por un total de 3.800 millones de euros para ayudar en particular a los agricultores y financiar la evacuación de “miles de toneladas de barro y escombros”. Estas medidas se suman a un plan de 10.600 millones de euros ya presentado la semana pasada por Pedro Sánchez para ayudar a las víctimas de catástrofes y a los municipios afectados.

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