“Ser mujer en la calle siempre es más complicado”

“Ser mujer en la calle siempre es más complicado”
“Ser mujer en la calle siempre es más complicado”
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El aumento del número de mujeres en la calle es conocido por quienes están en el terreno, pero también por los niveles más altos del Estado. El reciente informe de la delegación del Senado para los derechos de las mujeres así lo atestigua. Publicado el 9 de octubre de 2024, muestra que el 38% de las personas sin hogar son mujeres.

Menos visibles, más vulnerables en el espacio público, a menudo evocan “un doble castigo”. En Tours, un puñado de ellos se beneficiaron de la distribución realizada por la ONG United Riders para las personas sin hogar en Tours, el lunes 11 de noviembre.

“Sabemos dónde buscar”

Como Gaëlle, de 39 años, sin hogar desde hace seis años. Con su perro Véner, vino a buscar algo de ropa, higiene y artículos de primera necesidad, incluida protección periódica. “Ser mujer en la calle siempre es más complicado. Con la práctica sabemos dónde buscar lo que necesitamos. Las asociaciones hacen muchas cosas”explica Gaëlle.

Víctima de inseguridad menstrual durante un tiempo, consiguió toallas sanitarias gracias a las redadas del Samu Social o de Entraide et Solidarités. Y logra alimentarse solo “correctamente” mendigando, aunque cada vez menos habitantes de Tours llevan cambio, debido a la generalización del pago con tarjeta bancaria.

“La ronda es aleatoria. Algunos siguen dando, otros regresan más tarde con monedas, algunos retiran dinero o me traen comida. Siempre logramos tener algo. Sobre todo, no rechazo nada”confiesa. Y sin culpar nunca a quien no da. “¡No me das hoy, tal vez me des mañana!” » Para las croquetas de su perro Véner, acude todos los miércoles a La Table de Jeanne-Marie.

“Cuídate”

Además de un techo sobre su cabeza, Gaëlle echa de menos pequeños placeres. “Buenos productos de belleza como crema, maquillaje… Cuidarse siempre ayuda a la moral”explica.

Por eso se acercó al stand de peluquería de la ONG United Riders. Optó por un bob hundido hecho por Christine, una estilista voluntaria a la que conoce bien porque peina. “privado” una vez al mes al acecho.

“Ser mujer en la calle también significa no poder maquillarte ni peinarte. Las mujeres son una minoría, apenas representan uno de cada cinco beneficiarios”estima el peluquero. Una observación que no se puede explicar. Y Gaëlle tampoco: “Se siente tan bien sentirse más bonita, seguir siendo mujer”.

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