¡En Faux-la-Montagne, la cantina es sagrada! Corinne Romanet, al frente de los fogones desde hace 18 años, cocina como una cuestión de honor productos orgánicos y locales con su colega Alexis. Mientras una olla grande de sopa de calabaza hierve a fuego lento, pelan y cortan manzanas para hacer compota, de postre. Sin renunciar a lo casero, el municipio quiere bajar el precio de las comidas para los escolares.
Actualmente, el comedor cuesta 2,80 euros por comida y por niño. Faux-la-Montagne solicitará beneficiarse del sistema “el comedor de un euro”financiado por el Estado. En Creuse, según la prefectura, 28 comunidades ya han dado el paso, como La Courtine.
Un precio según los ingresos de los padres.
En realidad, el precio no será de un euro para todos: el precio variará según el cociente familiar. Habrá cuatro niveles: 50 céntimos por comida para los más modestos, luego 1 euro, 1,50 euros y finalmente 2,80 euros para las familias más adineradas. Según el ayuntamiento, con este dispositivo, la comida será más barata para al menos la mitad de los 60 niños que comen en la cantina.
La alcaldesa de Faux, Catherine Moulin, espera que se aplique esta reducción de precios principios de 2025. Esto no afectará el presupuesto: “El Estado concede de tres a cuatro euros por niño y por comida, en incrementos de un euro o menos”.
La medida será un argumento más para el atractivo del municipio. Faux-la-Montagne es casi una excepción en Creuse : atrae a parejas jóvenes con niños. Este año incluso se abrió una cuarta clase en la escuela.
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