Compra de un coche sin permiso, reconstrucción de una iglesia, compra de una tienda bereber, estudios para seminaristas… Mientras los fondos para el culto disminuyen, la Iglesia de Besançon innova organizando en noviembre la velada “Ven a ver y dona”. 28 para financiar ocho proyectos “al servicio de la iglesia” y recibir promesas de donaciones.
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Cuando se trata de dinero, la Iglesia quiere estar al día. El 28 de noviembre a las 20 horas,“Se acerca una gran noche” en el centro diocesano de Besançon (Doubs). No esperes ver simplemente la cesta de mimbre pasando de mano en mano para recoger dinero. Allí tendrás que subir al escenario para convencer. Los ocho líderes del proyecto tendrán “tres minutos para lanzar” es decir, explicar el interés en financiar sus historias. Para esta primera noche “Ven y mira, dona”, el público podrá hacer promesas para apoyar ocho proyectos locales:
“Hemos perdido el 50% de los donantes en diez años” explica Philippe Tixier, director financiero de la diócesis de Besançon. Para las parroquias de Doubs y Alto Saona, esto equivale a pasar de 30.000 a 15.000 donantes. Para completar el presupuesto de 2024, la cuenta no está. ¡Por ahora! La diócesis recurre a una nueva forma de donación para recaudar las sumas que le faltan. En 2023, su presupuesto fue de 2.350.000 euros. “Esperamos hacer lo mismo” confía Philippe Tixier, que cuenta con la novedad de esta noche para reponer las arcas.
Las generaciones más jóvenes ya no dan por deber como antes. La relación con la donación financiera ha cambiado. Los jóvenes dan porque están tocados por una causa, un testimonio o un proyecto.
El cheque que los católicos depositan una vez al año en la cesta de la colecta o incluso que envían por correo tiene nombre. Es el que niega la adoración. Si la colecta dominical permanece en la parroquia, el dinero del culto se utiliza para pagar los salarios de los empleados de la diócesis y el “salario de los sacerdotes”.
La búsqueda no ha desaparecido de las celebraciones dominicales. Las parroquias que han implementado un sistema de pago con tarjeta de crédito incluso han visto aumentar sus donaciones.
Con un teléfono inteligente, las donaciones ascienden a una media de seis euros. Los católicos, mientras buscan en sus carteras, suelen donar las monedas amarillas que hay por ahí. Allá “búsqueda digital“, es tan simple como “para ir a comprar tu baguette” subraya Philippe Tixier. El director financiero espera que el “nuevo concepto” de la tarde del 28 de noviembre atraerá a aquellos que ya no dan tan regularmente a la Iglesia.
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