Estos episodios de lluvias torrenciales no tuvieron precedentes, pero no fueron totalmente impredecibles. Sus consecuencias podrían haberse minimizado si el hombre no hubiera olvidado que parte de este territorio es un pólder, tierra ganada al mar a lo largo de los siglos.
Con el cambio climático, se espera que la temperatura del mar aumente un grado y la humedad del aire un 7%. En Pas de Calais, esto se traducirá en un aumento del 19% en las precipitaciones invernales. Es decir, el fenómeno del invierno de 2024 volverá a ocurrir en el futuro. Y el norte de Francia no es una excepción. Se están produciendo episodios de nueva intensidad en otras partes de Francia o entre nuestros vecinos europeos.
Para adaptarse al cambio climático, evitar o limitar estas tragedias, es necesario repensar toda la planificación del territorio. Planificación urbana, pero también agricultura.
De hecho, con la concentración parcelaria, a partir de los años 1960, se rehabilitaron 15 millones de hectáreas, se arrancaron 750.000 km de setos vivos, se eliminaron setos, se nivelaron terraplenes y zanjas y se bloquearon decenas de miles de estanques. Todo ello para facilitar el crecimiento de la agricultura mecanizada, con rendimientos cada vez mayores.
Informe de Martine Abat
France
