En marzo de 2023, una petición de Silicon Valley pedía una moratoria de seis meses sobre la inteligencia artificial (IA), que según los firmantes –entre ellos Elon Musk y el cofundador de Apple, Steve Wozniak– representaba una “gran riesgo para la humanidad”. Y ahora, Meta, la empresa matriz de Facebook, autoriza ya el uso militar de su IA.
Esta decisión no es consecuencia de la elección de Donald J. Trump, ya que fue anunciada el 4 de noviembre por Nick Clegg, ex viceprimer ministro británico y ahora principal lobista de Meta. Esto es nuevo porque hasta ahora las condiciones generales de uso de LLama –la IA interna– prohibían el uso de su software, en particular “para fines militares, bélicos o nucleares”.
El representante de Meta indica que su empresa quiere “desempeñar nuestro papel en el apoyo a la seguridad, la protección y la prosperidad económica de Estados Unidos y sus aliados más cercanos”. Afirmando que “La adopción generalizada de modelos de IA de código abierto de EE. UU. sirve tanto a intereses económicos como de seguridad”.
Se posiciona en particular insistiendo en el hecho de que él es “En interés de Estados Unidos y de todo el mundo democrático, que los modelos de código abierto estadounidenses sobresalgan sobre los chinos y otros modelos”.
Por lo tanto, tomamos nota de los dos mensajes que se expresan de la siguiente manera:
- Por un lado, existe efectivamente una íntima convergencia entre los intereses económicos, tecnológicos y militares.
- Por otro lado, la empresa asume el hecho de representar a un país, Estados Unidos. Enfrentándose a China en particular, pero también a otros, incluidos los europeos.
Meta indicó que la empresa pondría sus modelos LLama al servicio de agencias federales estadounidenses, así como de firmas del sector de defensa como Lockheed Martin, Booz Allen y la especialista en análisis masivo de datos Palantir.
Por lo tanto, lo que preocupa es todo el ecosistema de defensa de Estados Unidos. Queda por ver si se trata del inicio de una cooperación o, sobre todo, de la formalización de asociaciones que existían anteriormente, pero con total discreción.
Meta ya ha aclarado que compartirá su tecnología con miembros de la alianza de inteligencia denominada “Cinco Ojos”: Canadá, Gran Bretaña, Australia y Nueva Zelanda.
O un fortalecimiento de alianzas estratégicas y geopolíticas mediante el suministro de tecnologías disruptivas desde el sector privado.