Romain Bondonneau es el presidente fundador de la Association Périgord Patrimoines, que se convirtió en Editions du Ruisseau. Ha escrito, coescrito o editado una veintena de obras sobre el patrimonio natural, histórico y artístico de Dordoña.
En su colección “Sédiments”, Editions du Ruisseau pretende retejiendo vínculos inteligentes y sensibles entre el Hombre y la naturaleza, entre el pasado y el presente. Al constatar la soledad helada y desencantada del hombre moderno, se trata entonces de recrear la filiación a través de una arqueología íntima del pasado. Explora las capas superpuestas de piedras, humus e intenciones. Develar la base geológica y las huellas campesinas, el secreto de los bosques y santuarios, el vigor de los ríos y la economía del lugar. Un río, un río, merece este profundo interés: la Dordoña.
Río Dordoña, tesoro ecológico
La sinopsis del último libro presentado por Romain Bondonneau
La Dordoña es un río. Sin embargo, aquí la gente siempre lo ha considerado como un río, con una dimensión más fácil de domar, de conocer. Desde el principio de los tiempos, ha estructurado el paisaje, garantizado importantes usos como la pesca, el movimiento de personas y mercancías, y pronto la energía, el riego y el turismo… ¡Es tan generoso! El Dordoña y todos sus afluentes constituyen una vasta cuenca de 24.000 km2, poblada por un millón de habitantes. Las bajas densidades humanas la han protegido en general de los principales vertidos contaminantes vinculados a los usos industriales y urbanos. La buena calidad del agua hace que el río sea apto para el baño y la diversidad de vida acuática. Los residentes locales y los visitantes lo aprecian hoy: es un verdadero tesoro ecológico que encuentran. Su integración en la red “Reserva de la Biosfera de la UNESCO” fue un verdadero logro mundial en 2012. Desde las fuentes hasta el estuario, la variedad de peces es innumerable, incluidas ocho especies migratorias como el salmón, el sábalo e incluso la anguila. Pequeños bichos, anfibios, aves y mamíferos viven en el agua o cerca de las orillas. La nutria, que casi había desaparecido, vuelve a colonizar los valles. Árboles, arbustos y plantas acuáticas desempeñan todo su papel en este mosaico de entornos con una rica biodiversidad. Sin embargo, los problemas no son inexistentes. Las numerosas represas han roto la continuidad ecológica y sedimentaria. Además, en el siglo XX, la extracción masiva de arena y cantos rodados en yacimientos menores agravó los desequilibrios. El río se hunde, se encauza, se despoja de sus preciosos brazos muertos. La captura de guijarros por las represas añadidas a los pasos de peces, a veces inadecuados, plantea serias preocupaciones sobre la presencia continua de peces migratorios. Ciertas especies invasoras debilitan a los animales y plantas endémicos. En resumen, nuestra Dordoña necesita hoy todos los cuidados. Desde hace 30 años, el establecimiento público EPIDOR se encuentra al borde del curso de agua, corrigiendo progresivamente los efectos negativos inducidos por la urbanización y las actividades humanas. En un contexto de escasez de recursos hídricos y cambio climático, comunidades, asociaciones y residentes están tratando de coordinarse para proteger y restaurar el hermoso río. Y garantizar de forma sostenible un futuro armonioso para el valle y sus habitantes.
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“Río Dordoña, tesoro ecológico”presentado por Romain Bondonneau fue publicado por Editions du Ruisseau.