En los albores de la presentación de la ley de finanzas de 2025 y el anuncio de un préstamo de 600 millones de dólares del Banco Mundial, Marruecos se encuentra en un punto de inflexión crucial en la evolución de su sistema de protección social. Si bien estas iniciativas financieras representan un potencial significativo para fortalecer la red de seguridad social del país, también resaltan la urgencia de una revisión profunda y necesaria de la primera versión de la protección social, que, hasta ahora, a menudo ha dejado de lado las necesidades de las personas con discapacidad.
La protección social en Marruecos debe trascender los enfoques tradicionales que asocian la discapacidad con la incapacidad para trabajar y la pobreza. Debe ser parte de una perspectiva global, inclusiva y equitativa, capaz de reconocer y responder a las diversas necesidades de las personas que viven con discapacidad. Por lo tanto, las reformas futuras deben abordar la insuficiencia actual de los beneficios, a menudo inaccesibles e inadecuados, para crear un marco que realmente promueva la autonomía y la participación plena de las personas con discapacidad en todos los aspectos de la vida social y económica.
Teniendo en cuenta estas cuestiones, este artículo pretende ser un llamado a una protección social global, generalizada y verdaderamente inclusiva, destacando las transformaciones necesarias para garantizar que cada ciudadano, cualquiera que sea su condición, pueda beneficiarse de los derechos y servicios fundamentales que se derivan de ella. a él.
La cuestión de la protección social de las personas con discapacidad en Marruecos debe ser parte de un marco global en el que la discapacidad se reconozca gradualmente como una cuestión crucial de justicia social e igualdad de derechos. Aunque se han logrado avances, el sistema sigue siendo insuficiente y la cobertura social para las personas con discapacidad sigue siendo inadecuada y a menudo no cumple con las normas internacionales. Según las estadísticas mundiales, sólo un tercio de las personas con discapacidades graves reciben prestaciones relacionadas con la discapacidad. En la mayoría de los casos, estos apoyos no cumplen con los estándares de seguridad social establecidos por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
Discapacidad y pobreza: una relación preocupante
Las personas con discapacidad constituyen “la minoría más grande del mundo” y enfrentan exclusiones que las debilitan social y económicamente. Esta marginación se ve exacerbada por las políticas de protección social que continúan perpetuando conceptos erróneos: la discapacidad a menudo se asocia con una “incapacidad para trabajar” y un mayor riesgo de pobreza, lo que lleva a que las políticas consideren los beneficios como una simple compensación. Esta visión no sólo limita las perspectivas de empleo sino que también refuerza la dependencia, mientras que un enfoque más moderno apuntaría a empoderarlas.
En realidad, las personas con discapacidad tienen el potencial de integrarse plenamente en las sociedades, pero esto requiere sistemas de protección social bien diseñados y centrados en la autonomía y la participación en todos los ámbitos de la vida social. En este contexto, las prestaciones en efectivo, aunque importantes, no son suficientes por sí solas; deben complementarse con servicios de apoyo y medidas que faciliten su inclusión profesional y social.
El costo económico de la exclusión es demasiado alto
La exclusión de las personas con discapacidad del mercado laboral genera un coste económico considerable para la sociedad marroquí. Según un estudio de 2010, el potencial económico de las personas con discapacidad en Marruecos representa aproximadamente 9,2 mil millones de dirhams, o el 2% del PIB nacional. Por lo tanto, incluir a estas personas en el tejido económico no sólo podría mejorar su calidad de vida, sino también contribuir significativamente al crecimiento económico del país.
Las obligaciones convencionales y constitucionales de Marruecos
Para colmar las lagunas actuales, es esencial que Marruecos respete sus compromisos internacionales y constitucionales. Los derechos de las personas con discapacidad incluyen el acceso equitativo a los servicios de salud, un nivel de vida adecuado y un trabajo decente. El Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad recomienda que Marruecos fortalezca su infraestructura sanitaria, sensibilice a los profesionales sobre los derechos de las personas con discapacidad e implemente protocolos que garanticen el consentimiento libre e informado.
En el ámbito del empleo, es imperativo revisar las políticas de contratación e integración para combatir la discriminación y garantizar el acceso de las personas con discapacidad a un empleo digno. Esto incluye la creación de un plan a largo plazo para facilitar el acceso al mercado laboral, especialmente de mujeres y jóvenes.
Hacia un sistema de protección social inclusivo y eficaz
Para garantizar una inclusión real de las personas con discapacidad, es urgente repensar el diseño de los servicios. En lugar de limitarlos a la asistencia monetaria, es esencial implementar un sistema que ofrezca apoyo social y servicios adaptados. Las prestaciones deben tener como objetivo promover la autonomía, permitiendo a las personas participar plena y eficazmente en la sociedad, sin limitarse a compensar una supuesta discapacidad.
El Registro Social Unificado (RSU) en Marruecos está diseñado como un sistema de focalización universal para determinar la elegibilidad de los hogares para programas de apoyo social basándose en un índice basado en criterios socioeconómicos. Sin embargo, para que esta herramienta sea verdaderamente inclusiva, es crucial integrar criterios relacionados con la discapacidad y las necesidades específicas de las personas con discapacidad. Esta integración permitiría comprender mejor la relación causal entre pobreza y discapacidad, y tener en cuenta los costes adicionales que soportan estas personas y sus familias debido a la discapacidad.
El vínculo entre discapacidad y pobreza suele ser invisible en las estadísticas y poco discutido en el discurso político. Sin embargo, los datos muestran que las personas con discapacidad enfrentan obstáculos importantes que las exponen a un mayor riesgo de pobreza. Según las cifras, la tasa de pobreza entre las personas discapacitadas en edad de trabajar es el doble que entre otras personas que viven en la pobreza. Esto se debe en parte al aumento de las dificultades en materia de educación, empleo e ingresos.
Recomendaciones para una protección social inclusiva
Para una protección social inclusiva, se recomienda mejorar el acceso a la atención de rehabilitación: Fortalecer los servicios de rehabilitación en hospitales y centros de salud locales para ofrecer seguimiento continuo a las personas con discapacidad.
Adoptar una estrategia para garantizar que las personas con discapacidad tengan acceso a los servicios de salud y garantizar que esta estrategia cubra, en particular, el desarrollo de infraestructura accesible, la capacitación de profesionales de la salud en los derechos de las personas con discapacidad y la provisión de información sobre servicios médicos. tratamientos en formatos accesibles, especialmente para personas con discapacidad intelectual o psicosocial.
Además, desarrollar nuevos sectores de formación sanitaria: Incrementar el número de profesionales capacitados en áreas esenciales, como terapia ocupacional y psicología clínica, para satisfacer las necesidades específicas de las personas con discapacidad.
Facilitar el acceso a ayudas técnicas: Simplificar las condiciones de acceso a dispositivos y prótesis modificando la normativa vigente para personas con discapacidad en situación precaria.
Fortalecer la investigación y el desarrollo: Invertir en tecnologías de asistencia para promover la autonomía de las personas con discapacidad y mejorar su calidad de vida y proporcionar subsidios de compensación: Establecer ayudas financieras para familias pobres y para personas con discapacidad desempleadas con el fin de cubrir los costos relacionados con la discapacidad y promover su inclusión social.
También se recomienda establecer un sistema de protección social destinado a garantizar un nivel de vida adecuado para las personas con discapacidad, en particular a través de sistemas de compensación en forma de subsidios que permitan a las personas con discapacidad cubrir los gastos relacionados con la discapacidad. en cuenta los vínculos entre el artículo 28 de la Convención y la meta 10.2 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para empoderar a todas las personas y promover su inclusión económica, independientemente de su discapacidad.
Un gran proyecto para la inclusión
Para construir una sociedad marroquí más inclusiva y equitativa, es necesario adoptar un enfoque proactivo e integrado, basándose en datos precisos y actuales. El Banco Mundial se dispone a aprobar 60 millones de dólares en financiación para la segunda fase del proyecto de protección social de Marruecos, lo que podría marcar un punto de inflexión para la inclusión de las personas con discapacidad. Dicho esto, es fundamental que todas las partes interesadas, en particular el Ministerio de Finanzas, el Ministerio de Salud y Protección Social, el Ministerio del Interior, así como la Alta Autoridad de Salud, la Agencia Marroquí de Medicamentos y Productos Sanitarios, y la Agencia Marroquí de la Sangre y sus Derivados, están tomando conciencia de la importancia de reformar y adaptar los sistemas de protección social.
Estos sistemas pueden abordar eficazmente los desafíos que plantea la discapacidad cubriendo integralmente los costos adicionales que genera. El objetivo debería ser hacer que los servicios y prestaciones ordinarios sean accesibles para todos, estableciendo al mismo tiempo programas específicos adaptados a las personas con discapacidad. El efectivo, si bien es importante, no es suficiente por sí solo. Como todos los demás, las personas que viven con discapacidad tienen necesidades variadas en diferentes etapas de sus vidas, y estas necesidades deben ser satisfechas por servicios e instituciones diferenciados.
Por ejemplo, los sistemas de protección social pueden desempeñar un papel clave al facilitar el acceso a la educación y a las escuelas de la primera infancia, apoyar programas de rehabilitación física y vocacional, así como promover el acceso a iniciativas de emancipación económica como la capacitación profesional y la integración al mercado laboral. Al integrar estos elementos, Marruecos no sólo puede mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad, sino también enriquecer el tejido social y económico del país, contribuyendo así a un futuro en el que todos puedan participar activamente en la vida de la sociedad.
*Docente – Consultora en Desarrollo Inclusivo y Discapacidad