En el tirador de una puerta, en una ventana, en un cajón o incluso en el cilindro de una puerta… el ladrón en serie dejó su ADN en casi todo lo que tocó. Por los robos cometidos en Essonne en Saint-Germain-lès-Arpajon, La Norville, Brétigny-sur-Orge y Longpont-sur-Orge entre marzo de 2023 y septiembre pasado, el joven de 23 años, de la comunidad de viajeros, compareció este viernes ante el tribunal penal de Évry-Courcouronnes.
El fiscal solicitó una pena de cuatro años de prisión y la revocación total de la pena suspendida que pendía sobre su cabeza. Se espera la deliberación por la noche.
“Dejó su ADN por todos lados”, susurra una fuente cercana al caso. Y el pasado 14 de marzo, sin duda, fue un robo de más. Ese día, una casa en Brétigny-sur-Orge fue registrada de arriba a abajo. Se robaron joyas pero también un televisor, un disco duro y un bolso. Durante el robo se descubrieron excrementos en la sala de estar. Si primero se identifica a los autores, el resto de las investigaciones demostrarán que fueron “los del perro de la familia”, afirma el abogado del acusado. El fiscal sigue teniendo más dudas. “El origen de estos excrementos sigue siendo indeterminado”, se desliza.
En esta casa derribada, la policía toma varias muestras y las envía para su análisis. Su intuición es buena: el ADN encontrado in situ corresponde a un nombre conocido de sus servicios y coincide con varios procedimientos en curso. En total se le atribuyen diez robos y un intento por daños que rondan los 35.000 euros.
Detenido este jueves, el joven sospechoso admitió todos los hechos que se le imputan. “Era adicto a las drogas”, desliza ante el tribunal para justificar los robos. Tuve que comprar mi dosis de crack. Hoy paré. Son errores, me gustaría compensar a las víctimas. » Una indemnización que ya promete ser complicada, ya que el joven carga con una deuda que supera los 200.000 euros.