Rompiendo el silencio en caso de acoso escolar

Rompiendo el silencio en caso de acoso escolar
Rompiendo el silencio en caso de acoso escolar
-

El acoso escolar “no es inevitable”. Daphné Jaquet-Chiffelle, de Neuchâtel, fundó la escuela Tatout hace casi 30 años. Esta institución ofrece cursos para niños, pero también para adolescentes y adultos, víctimas de acoso o cualquier forma de violencia. Daphné Jaquet-Chiffelle es una de las que acudieron el domingo al Canebière-Minigolf, en Neuchâtel, con motivo de una jornada dedicada al acoso escolar.

El objetivo de su escuela es dar herramientas a los participantes. Daphné Jaquet-Chiffelle pone este ejemplo: “con tu lenguaje corporal, con tu voz, con tu mirada, aprende a irradiar confianza para ser menos blanco de los acosadores”. Quienes ya son víctimas de acoso están llamados a poner límites y romper el silencio. El desarrollo de las nuevas tecnologías y de las redes sociales también ha traído otro tipo de problemas: el ciberbullying “que significa que el niño puede ser acosado las 24 horas del día”, resume Daphné Jaquet-Chiffelle.

Amables ciclistas

En este encuentro de Neuchâtel también participó otra asociación, la de los Templarios. Sus miembros juegan con su look de motociclista para brindar protección a las víctimas de acoso incluso en las escuelas. Los niños que utilizan esta asociación pueden beneficiarse de la presencia de un motociclista después de la escuela. El método es considerado eficaz por Chaux-de-fonnier Vivian Schmid, miembro de los Templarios: demuestra “que el niño no está solo, le da un poco de compostura y, a menudo, reinicia la máquina”, afirmó. A cada niño se le asignan dos padrinos que puede solicitar en cualquier momento.

Sin embargo, determinadas situaciones de acoso pueden convertirse en tragedia. Mélanie, la madre de Morane, una joven valaisana víctima de acoso y que se suicidó el pasado mes de septiembre, estuvo presente el domingo. Su objetivo es concienciar a los jóvenes del peso de las palabras y lanzar un llamamiento a la bondad. En su opinión, los padres también tienen un papel que desempeñar. Los invita a echar un vistazo de vez en cuando a los móviles de sus hijos. “Hablamos mucho de ello con Morane, pero no estábamos al tanto de todos los mensajes”, dijo. Fue cuando murió su hija que los padres tuvieron acceso a su teléfono y se dieron cuenta de la ola de odio que caía sobre Morane día tras día.

Para Daphné Jaquet-Chiffelle, es posible escapar de estas situaciones. Su consejo: “salir del desamparo, de la soledad, romper el silencio y perseverar aunque la primera herramienta no funcione, aunque la primera persona no escuche”. Por tanto, se invita a las víctimas a buscar ayuda en sus familiares, pero también en la escuela o en los profesionales. El objetivo es crear una red en torno al niño “que no es responsable”, subraya Daphné Jaquet-Chiffelle. /sbm

-

PREV “Quedan grandes desafíos para lograr una inclusión verdadera y duradera”
NEXT El ganador del millón de euros en el Euromillones llamado a presentarse lo antes posible