DHace ya una década que la marea ha cambiado. Los diques, las escolleras y las grandes urbanizaciones que giran las hormigoneras ya no son muy populares para frenar el retroceso del litoral, el límite tierra/mar Con excepciones y una cuestión que hay que defender a toda costa. Para ilustrar esta doctrina, Agnès Pannier-Runacher, ministra de Transición Ecológica, estuvo el 7 de noviembre en Blainville-sur-Mer (La Mancha), donde reveló los ganadores de una convocatoria de proyectos lanzada el pasado mes de abril y titulada “Soluciones basadas en la naturaleza”. adaptar los territorios costeros a la erosión”.
Dotado con 2,8 millones de euros, el sistema promueve opciones que tienen como objetivo frenar el fenómeno y repensar el desarrollo del litoral mediante la renaturalización de espacios artificializados o la fijación de dunas con medios “blandos” y/o naturales. Doce ganadores compartirán el beneficio inesperado. Hubo 27 solicitudes. Se premiaron tres proyectos en Nueva Aquitania: dos en Charente Marítimo y uno en el País Vasco.
Un arrecife de ostras planas
El primero lo lleva a cabo la comunidad de municipios de la isla de Ré para la playa de Gros Jonc, en Portes-en-Ré. Se trata de la restauración de un arrecife de ostras plano. La segunda fue presentada por el municipio de La Tremblade para las playas de Galon d’Or y Embellie, “puntos calientes” de erosión frente a la punta de Gatseau, en la isla de Oléron, también muy afectada. Allí decidimos reducir la huella de un estacionamiento, con deshidratación y renaturalización del sitio, y proporcionar acceso con ganivelles (estacas de madera). También están en el programa la creación de un paseo peatonal entre las dos playas, la creación de un itinerario educativo y de pozas de marea y la reubicación de la Vélodyssée, la ruta ciclista costera.
En el sur, la comunidad urbana del País Vasco fue premiada por un proyecto que afecta a San Juan de Luz y Hendaya. En el menú, intervenciones en los acantilados, con revegetación en San Juan de Luz y defensa para evitar el pisoteo en Hendaya.
“Estas soluciones blandas suelen ser más eficientes y resistentes, y también menos costosas que las obras diseñadas por humanos”, comentó Agnès Pannier-Runacher. El ministro no ocultó que la retirada de la costa seguía siendo un proyecto abierto. “En lugares remotos o amenazados de inmersión, debemos determinar cómo reubicar las casas en cuestión, con qué dinero y con qué reparto de costos”, afirmó. A este respecto, los parlamentarios no permanecen inactivos. Sophie Panonacle, diputada (Juntos) por la cuenca de Arcachon, propone desde hace varios años la creación de un fondo dedicado a la erosión y financiado mediante un impuesto sobre las transacciones inmobiliarias y sobre las plataformas de alquiler turístico a corto plazo. ¿Se incluirá el sistema en la Ley de Finanzas de 2025?